Las normas propuestas para proteger del calor extremo a los trabajadores de California podrían extenderse a las escuelas, exigiendo a los distritos escolares que busquen distintas formas de mantener las aulas frescas.
Con las nuevas reglas de protección laboral contra el calor extremo, los empleadores del estado más poblado del país tendrán que buscar el modo de proporcionar alivio a las personas que trabajan en almacenes asfixiantes, cocinas llenas de vapor y otros espacios peligrosamente calurosos.
Estas mismas normas se extenderán a las escuelas, donde profesores, conserjes, quienes atienden las cafeterías y otros empleados suelen trabajar sin aire acondicionado, igual que sus alumnos.
“Nuestras condiciones de trabajo son las mismas que las de los estudiantes”, dijo Jeffery Freitas, presidente de la Federación de Maestros de California, que representa a más de 120.000 docentes y otros empleados de la educación. “Estamos asistiendo a un cambio sin precedentes en el medio ambiente y sabemos a ciencia cierta que cuando hace demasiado calor, los niños no pueden aprender”.
La medida, que muestra el último esfuerzo del gobernador demócrata Gavin Newsom por responder a los crecientes impactos del cambio climático y el calor extremo, pondría a California a la delantera del gobierno federal y de la mayoría del país en la creación de leyes sobre el calor excesivo.
Estas normas van a exigir que los lugares de trabajo en interiores se mantengan refrigerados por debajo de los 87 grados Fahrenheit cuando los empleados estén presentes. En aquellos lugares donde los trabajadores llevan ropa protectora o están expuestos al calor radiante, como ocurre con los hornos, la temperatura no debería superar los 82 grados.
Puedes leer: Cuidado con el canto de las cigarras
Normas y soluciones
Las escuelas y otros lugares de trabajo que no dispongan de equipos de aire acondicionado podrán utilizar ventiladores, rociadores y otros métodos que ayuden a reducir la temperatura ambiente.
Las normas permiten soluciones alternativas para las empresas que no pueden refrigerar suficientemente sus lugares de trabajo, incluidos los aproximadamente 1.000 distritos escolares del estado.
En esos casos, los empleadores deben proporcionar a los trabajadores agua, descansos, zonas donde puedan refrescarse, chalecos refrigerantes u otros medios para evitar que los empleados sufran de calor excesivo.
“El calor es un peligro mortal, independientemente del tipo de trabajo que se realice”, afirma Laura Stock, miembro del Consejo de Normas de Seguridad y Salud en el Trabajo. “Si tienes un espacio laboral interior poblado tanto por trabajadores como por el público, o en este caso por niños, ellos tendrían los mismos riesgos para su salud que los que tienen los trabajadores”.
Históricamente, las olas de calor golpeaban fuera del ciclo escolar. Pero el cambio climático las está haciendo más largas, frecuentes e intensas.
El año pasado fue el más caluroso del que se tenga constancia y las escuelas de todo Estados Unidos cerraron de forma intermitente durante la primavera y el verano, incapaces de mantener frescos a los alumnos.
Y los científicos dicen que este año podría ser aún más caluroso.
En mayo, las autoridades escolares de Vicksburg, en Mississippi, dieron por concluidas las clases antes de lo previsto por problemas con los aparatos de aire acondicionado. En California, la primera ola de calor de la temporada se está produciendo cuando algunas escuelas todavía están dando clases, con temperaturas que alcanzan los 105 grados en el Valle Central.
Por: Samantha Young/ KFF Health News