Miles de personas a diario arriban a la frontera sur de Estados Unidos, en su mayoría huyen del hambre, de las pandillas y la violencia, pero otras escapan por culpa del clima derivado del calentamiento global.
A diferencia del resto, ellos no tuvieron otra opción que marcharse de las tierras donde nacieron porque sus medios de subsistencia están en peligro. Dejaron todo atrás y se fueron. Sin embargo, ahora no tienen derecho a la protección internacional y ningún Gobierno les ofrece un estatus seguro.
El calentamiento global generó constantes migraciones, revela el último Informe Mundial sobre Desplazamiento Interno 2020 del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC). Las sequías, el avance de la desertificación, las pobres cosechas, lluvias torrenciales, la alteración de las estaciones y las temperaturas extremas son algunos de los motivos que desencadenan este tipo de migraciones.
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Aunque las consecuencias del cambio climático afectan a muchas regiones, hay cinco áreas donde la naturaleza se cebó con rudeza. Allí las migraciones se cuentan por millones. Se trata de la Cuenca del Amazonas, el Lago Chad (África), Siria, China y Filipinas.
“Tuve que dejar Honduras porque la tierra que mis padres y mis abuelos sembraban ya no da para vivir. Las cosechas disminuyeron a menos de la mitad. Casi no ha llovido”, le dijo a la BBC Mundo Pedro, un migrante de Honduras en su paso por México rumbo a EE.UU.
De acuerdo con el Banco Mundial, si los impactos del cambio climático no son tan fuertes, para 2050 podría haber entre 1,4 y 2,1 millones de migrantes climáticos en México y Centroamérica.
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En esta región el clima ahora se caracteriza por grandes sequías y abundantes tormentas tropicales acompañadas de vientos. Las lluvias de verano comienzan muy tarde y se vuelven cada vez más irregulares.
Algunos expertos vaticinan que las precipitaciones disminuirán en México y Centroamérica el próximo siglo. La variabilidad del clima afectará en gran medida las siembras de maíz y frijoles en Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala. En consecuencia, el desempleo crecerá y se traducirá en un aumento de la migración.
Un informe del Banco Mundial señala que los migrantes del clima abandonarán los lugares con menos disponibilidad de agua. Para contrarrestar todo ello los expertos recomiendan recortar la emisión de gases de efecto invernadero y frenar la migración forzada.
Educar a la población y que los gobiernos tomen medidas ayudará a revertir a mediano plazo el fenómeno climático. No hay tiempo que perder.