El café colombiano es el preferido de millones de personas en el mundo y la prueba de ello es que Colombia produce y exporta más de 14 millones de sacos de café al año.
Colombia se posiciona como el tercer país productor de café a nivel mundial. Los principales países que lo importan son Estados Unidos, Alemania, Japón, Países Bajos y Suecia.
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Los ricos suelos montañosos y la variabilidad de climas ayudan a que el café sea cultivado en 23 de los 33 departamentos que tiene Colombia, por lo que cosecha tiene lugar casi todo el año. Los departamentos que más lo producen son Antioquia, Tolima, Cauca y Huaila.
De mayo a octubre es posible degustar un café fresco y con un aroma encantador. Un detalle a considerar es que Colombia tiene un tipo de café para todos los gustos, pues, dependiendo del tipo de tueste, se puede obtener un café intenso, amargo, dulce, ácido, con más o menos cafeína, entre otras variantes.
El café de Colombia, un nombre único
Con el nombre de ‘café de Colombia’ se hace referencia a una indicación geográfica protegida y reconocida por la Unión Europea. Además, esta expresión también es una marca de certificación que está registrada en Estados Unidos desde 1981 y en Canadá desde 1990.
El café en Colombia tiene una historia que data de hace trescientos años, cuando se presume que los jesuitas lo trajeron. En 1835 se comenzaron a exportar los primeros sacos desde Cúcuta.

Dice la leyenda que la producción de café aumentó cuando el sacerdote jesuita Francisco Romero implementó que sembrar café era una forma de penitencia para que los fieles que se confesaban pudiesen ser redimidos.
La principal producción para finales del siglo XIX era de las fincas de hacendados y en el siglo XIX ya el café era un producto primario de exportación por el cual Colombia obtenía ingresos.
En 1927 se creó la Federación Nacional de Cafeteros, la cual agremiaba a los caficultores y velaba por sus derechos. En 1959 nació el memorable personaje Juan Valdez y se abrió la oficina de Café de Colombia en Tokio, convirtiendo a este país es el segundo gran consumidor.
La diversidad de los suelos ha permitido que los sabores sean variados. Hoy día hay más de 500.000 familias caficultoras que trabajan con dedicación y amor, combinando buenas prácticas y sostenibilidad para producir café con un sello distintivo.
De manera que, la fabricación del café de Colombia es un arte de la más alta calidad que cuenta con especialistas capacitados para supervisar cada grano e integran la minuciosa cadena productiva que brinda el mejor sabor del café en el mundo.