El café colombiano es un símbolo cultural arraigado en la identidad, y su fama lo sigue por el mundo. Hablar de esta bebida en muchos países significa hacer referencia inmediata al país caribeño. Su historia se remonta al siglo XVIII, cuando los misioneros jesuitas introdujeron los primeros cafetos en la región. De hecho, existe una anécdota que cuenta de un sacerdote en Norte de Santander que imponía a sus feligreses como penitencia, sembrar café.
Desde entonces y con mucha evolución, se ha convertido en un motor fundamental de la economía colombiana, siendo uno de sus principales productos de exportación.
Según el sitio web oficial de Marca País Colombia, es la bebida que más toman los colombianos. Se estima que al menos un 47% consume entre 2.5 y 3 tazas de café al día. Lo que no varía es el gusto: el promedio lo prefiere caliente y recién preparado. Sin embargo, y en contraste, los países que más lo consumen en el planeta son: Holanda, Finlandia, Suecia, Dinamarca y Alemania. Este último es uno de los principales importadores de café colombiano, según Euromonitor.
Calidad y experiencia
Es reconocido mundialmente por su alta calidad y sabor único. La reconocida multinacional, Starbucks, ofrece café colombiano en su sede en Rusia. Este es de origen nariñense, y ¿qué ha pasado? Les encanta.
Esto ocurre gracias a su privilegiada ubicación geográfica, clima favorable y condiciones del suelo óptimas, los cafetales colombianos producen granos arábica de gran calidad. Estos granos se caracterizan por su aroma intenso, sabor equilibrado y acidez suave, características irrefutables de un buen café.
Sin embargo, también es cultura. Procolombia señaló que el 50% de los ciudadanos comenzó a consumir café antes de los 10 años. En la actualidad, existen más de 1.400 tiendas especializadas en café, mientras que aproximadamente hay 10.900 tiendas que ofrecen esta bebida como acompañamiento de sus demás productos.
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Juan Valdez: El rostro
La imagen del café colombiano está estrechamente ligada a Juan Valdez. Un personaje icónico que representa a los caficultores del país y sus familias. Fue creado en 1959 por la agencia Doyle Dane Bernbach bajo el encargo de la Federación Nacional de Cafeteros, y desde entonces Juan Valdez se ha convertido en un embajador colombiano en todo el mundo, promoviendo la calidad y tradición de una buena taza de café.
El 14 de diciembre del 2002, abrió sus puertas la primera tienda Juan Valdez en el aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá y desde allí se hizo la expansión.