Este jueves 13 de octubre, en el segundo día de deliberaciones, el jurado en el juicio de Nikilas Cruz solicitó cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional para el joven de 24 años, evitando así la pena de muerte solicitada por la Fiscalía. Cruz pasará el resto de su vida en prisión por la masacre que causó el 14 de febrero de 2018 en una escuela secundaria de Parkland, en el sur de Florida.
Cruz enfrentaba dos posibles sentencias, una era la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y la otra era la pena de muerte, pero bajo las leyes de Florida, en este último caso se requiere la unanimidad de los 12 miembros del jurado en al menos uno de los 17 cargos por homicidio que enfrentaba.
La lectura de la decisión del jurado conformado por siete hombres y cinco mujeres indica que al menos uno de ellos consideró que los factores atenuantes expuestos por la defensa prevalecieron ante los factores agravantes a los que apeló la Fiscalía que solicitó la pena de muerte.
La decisión del jurado sorprendió a familiares de las víctimas quienes estaban presentes en la sala de juicio. Ellos movían la cabeza y lloraban conforme se daba lectura al veredicto en cada uno de los 17 cargos y ello no reflejaba la unanimidad necesaria para enviar a Cruz al corredor de la muerte por la matanza que hizo en la secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, una pequeña ciudad al norte de Miami.
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Lori Alhadeff, madre de Alyssa Alhadeff, una de las víctimas mortales de este caso dijo a los periodistas: “Estoy completamente decepcionada y frustrada”, mientras el padre Ilan Alhadeff, dijo estar “disgustado con el sistema legal de este país y con el jurado”.

El veredicto pone punto final a un largo juicio que se convirtió en un duro proceso para muchos de los afectados por la masacre ya que significó revivir el horror de la matanza a través de los testimonios de testigos, grabaciones de video del tiroteo, fotografías y análisis de expertos.
El fiscal principal del caso, Michael Satz en su alegato final del pasado martes solicitó la pena de muerte para el acusado y calificó el tiroteo como una masacre sistemática y planificada con meses de antelación.
“Fue intencional y fue una masacre sistemática”, subrayó el fiscal, quien repasó el recorrido mortal de Cruz por el edificio de primer año, disparando incluso por las ventanas de las puertas que estaban cerradas y rematando a los alumnos a los que había alcanzado con sus disparos, cómo asesinó a 17 personas y causado herida a otras 17 antes de huir y ocultarse entre las personas evacuadas, y cómo la policía lo había detenido poco después en la calle.
Por su parte, la abogada de la defensa pública Melisa McNeill, pidió al jurado que se inclinara por la cadena perpetua. Ella desplegó una estrategia fundamentada en los daños sufridos por Cruz mientras estuvo en el útero materno, pues su madre biológica era una alcohólica y adicta a las drogas.
Cruz “no tuvo control sobre el crack que su madre fumaba cuando él estaba dentro de su vientre”, dijo McNeill en sus alegatos finales, e hizo hincapié en los trastornos fetales que puede haber sufrido Cruz a causa de las adicciones de su madre.
Rápido veredicto
Este jueves 13 de octubre, unos 15 minutos después de iniciar sus deliberaciones en una corte de Fort Lauderdale, los miembros de jurado informaron a la juez del caso Elizabeth Scherer, que ya tenían una decisión, que fue leída una hora después y en presencia de Cruz y de los familiares de sus víctimas.
Antes de dar a conocer su veredicto, los miembros del jurado pudieron observar el arma homicida, un rifle semiautomático AR 15, tal como lo habían solicitado el miércoles pero que la oficina del alguacil del condado de Broward rechazó por razones de seguridad.
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Nikolas Cruz irrumpió el 14 de febrero de 2018 portando un rifle de asalto, al edificio de primer año de la secundaria Marjory Stoneman Douglas y disparó de forma indiscriminada. Luego huyó entre la multitud hasta ser detenido por la Policía local a la que confesó ser el autor de la matanza.
La tragedia ocurrida en Parkland dio origen a un movimiento a favor del control de armas en Estados Unidos, protagonizado por algunos alumnos de la escuela secundaria donde ocurrió el tiroteo, quienes llevaron su reclamo a Washington.
Tras esos asesinatos, se aprobó una modesta ley federal que prevé un aumento de la financiación para la seguridad escolar y la salud mental.