Orlando suele ser el destino predilecto de los amantes de los parques de diversiones gracias a la oferta de Disney y Universal. Sin embargo, a menos de dos horas, Tampa alberga un espacio que por décadas ha sido referente mundial en montañas rusas y atracciones de adrenalina, Busch Gardens Tampa Bay. Este parque, que también combina la emoción con un centro de conservación animal, sorprendió esta semana al anunciar el cierre definitivo de una de sus atracciones más queridas.
El parque informó que Stanley Falls Flume, el icónico paseo acuático que abrió en 1973, funcionó por última vez el pasado 7 de septiembre. La noticia generó sorpresa entre visitantes y fanáticos, pues se trataba de una de las experiencias más antiguas y emblemáticas del recinto, que aún mantenía su popularidad.
La historia de Busch Gardens se remonta a 1959, cuando abrió como una atracción adjunta a la cervecería Anheuser-Busch. Con el paso de los años, se transformó en un parque temático y, en 1973, sumó a sus instalaciones a Stanley Falls Flume.
La atracción consistía en un recorrido a bordo de un tronco flotante que navegaba entre un paisaje selvático. Durante el trayecto, los visitantes disfrutaban de subidas, bajadas y un ambiente envolvente, pero el momento más esperado llegaba al final, una caída de 43 pies de altura que terminaba con un chapuzón refrescante.
Generaciones enteras de turistas guardan recuerdos de esta experiencia que combinaba diversión con una dosis moderada de adrenalina. Su carácter familiar y la posibilidad de escapar del calor de Florida la convirtieron en un clásico difícil de reemplazar.
En un comunicado difundido en redes sociales el 29 de agosto, Busch Gardens se despidió con un mensaje emotivo:
“Después de más de 50 años de chapuzones, sonrisas y recuerdos de verano, el tobogán Stanley Falls se lanzará por última vez”.
Si bien la noticia fue recibida con sorpresa, expertos en la industria recuerdan que los parques de diversiones deben renovarse de forma continua para mantenerse atractivos. El cierre de atracciones históricas abre espacio a nuevas propuestas capaces de responder a las expectativas de públicos cada vez más exigentes.
La rapidez del anuncio también llamó la atención ya que entre la comunicación oficial y el cierre apenas transcurrió poco más de una semana. Este margen reducido refuerza la sensación de despedida abrupta para una atracción que acompañó al parque durante más de cinco décadas.
¿Qué viene después?
Aunque Busch Gardens no detalló qué reemplazará a Stanley Falls Flume, dejó claro que el espacio no quedará vacío. En el mensaje dirigido a sus visitantes, el parque invitó a los titulares de pases anuales y tarjetas Fun Card a aprovechar los últimos días y ser parte de la despedida antes de dar paso a “una nueva y emocionante atracción”.
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En foros y redes sociales, comenzaron a circular rumores sobre lo que podría llegar. Algunas fuentes señalan que el terreno que ocupaba Stanley Falls se conecta con el área que antes alojaba la montaña rusa Scorpion, lo que alimenta especulaciones sobre la construcción de una “Giga coaster”, es decir, una montaña rusa de más de 300 pies de altura.
El último viaje de Stanley Falls Flume marcó el cierre de un capítulo entrañable en la historia de Busch Gardens Tampa Bay.