La Batalla de Puebla que tuvo lugar el 5 de mayo de 1862 como consecuencia directa de las políticas realizadas por el presidente Benito Juárez, es hasta la fecha un motivo de orgullo para los mexicanos pues su ejército logró derrotar a las imponentes tropas francesas que pretendían invadir la tierra azteca.
La génesis de aquel conflicto que hoy cumple 160 años radica en una deuda contraída con banqueros europeos. En 1961, Benito Juárez como Jefe de Estado al observar la mala situación económica de México decidió suspender los pagos de deudas contraídas por los conservadores para pagar la Guerra de Reforma (1857).
Las deudas con España, Inglaterra y Francia significaban el 70% de los recursos económicos del país en aquella época. El compromiso era de 80 millones de pesos distribuidos así: 69 millones para los ingleses, 9 millones para los españoles y 2 millones para los franceses.

Ante el anuncio de Juárez, el 17 de julio de 1861, la Alianza Tripartita amenazó con invadir México si no se saldaban por completo las deudas con las tres naciones europeas que se unieron y movilizaron sus tropas a la República Mexicana.
Entonces el ministro de Relaciones Exteriores de la época, Manuel Vicente Doblado, logró un acuerdo con Inglaterra y España y se firma el Tratado de la Soledad. Sin embargo, Francia no acepta el trato y decide invadir el territorio mexicano el 27 de abril de 1862, iniciando en Acutzingo, Veracruz, con un contingente militar francés bajo el mando de Charles Ferdinand Latrille. Luego se dispusieron atacar la ciudad de Puebla con 6 mil tropas francesas.
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El 5 de mayo de 1862, el Ejército de Oriente, comandado por el joven general Ignacio Zaragoza, derrotó a las tropas invasoras de Napoleón III y es por eso que la Batalla de Puebla representa uno de los episodios más gloriosos de la historia mexicana.

La Batalla
El presidente Juárez sabía que la guerra era inminente y se organizó para proteger la Ciudad de México ordenando la fortificación de Puebla. Creó el Ejército de Oriente y designó en el mando al general Zaragoza.
El ejército mexicano contaba solo con dos mil hombres, entre los que había unos pocos soldados y una gran cantidad de indígenas y guerreros mestizos dispuestos morir por su tierra.
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Ampliamente superados en número, sin preparación y con una escasa administración, los combatientes mexicanos se dirigieron al frente de batalla en la histórica fecha y luego de una de las más duras batallas de la historia, los franceses se retiraron. El saldo fue de más de 500 bajas en las líneas francesas contra apenas unas 100 en las mexicanas.
Éste suceso se convirtió en un símbolo de la resistencia y del poder mexicano pues representa una victoria simbólica contra grandes imperios.