Como un balde de agua fría cayó entre los estadounidenses la condena a nueve años de cárcel para la basquetbolista estrella de la WNBA y campeona olímpica, Brittney Griner, por parte de un tribunal ruso.
La pívot de 31 años y 2.06 metros fue acusada de posesión de drogas e intento de contrabando. Griner estaba detenida desde el pasado 17 de febrero cuando llegaba a un aeropuerto de la capital rusa y encontraron en su equipaje unos cartuchos de vapor con menos de un gramo de aceite de cannabis.
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Para reducir su sentencia, la medallista olímpica se declaró culpable de cargos relacionados con las drogas, aunque dijo que no tenía la intención de infringir ninguna ley. “Cometí un error sin mala intención y espero que no acabe con mi vida”, expresó en el juicio.
Los abogados de Brittney Griner, Maria Blagovolina y Alexander Boykov, informaron en un comunicado que la corte ignoró todas las pruebas que presentaron y que apelarán la decisión. Tras conocerse la sentencia, el presidente Joe Biden la calificó de “inaceptable” y pidió a las autoridades rusas su liberación inmediata.
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En medios estadounidenses se asegura que la deportista está siendo utilizada como moneda de cambio por Moscú para presionar a Washington en su posición respecto a la cruenta invasión a Ucrania.
La detención de la siete veces All-Star de la WNBA se ha convertido en un problema diplomático. Estados Unidos ha propuesto un intercambio de prisioneros entre Griner y un traficante de armas ruso.