Respirar con enormes dificultades es un destino ineludible para las personas que deciden llevar una vida como fumadores.
Las atmósferas de las ciudades más industrializadas del mundo ya colocan un destino marcado a sus habitantes, quienes como consecuencia de la contaminación padecen en alto porcentaje la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
No obstante, fumar es una decisión que debe considerar las altas posibilidades de tener una vejez sufrida a consecuencia de incapacidad de respirar normalmente.
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) no mata de manera violenta.
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Una EPOC recrea asfixias incontrolables y quien las padece de manera crónica ha llegado en ocasiones a pedir la muerte.
Se trata de un sufrimiento superlativo, la factura que a la salud pasa la absurda decisión de tomar al cigarrillo como una opción recreativa.
En el marco del Día Mundial de la EPOC se ha divulgado que este padecimiento se asocia en un principio al esfuerzo, pero con el tiempo aumenta hasta aparecer incluso sin actividad física alguna.
Esta enfermedad se caracteriza por dificultad para respirar, tos crónica y producción de flema, síntomas que empeoran gradualmente, especialmente la falta de aire.
Es de vital importancia el diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, ya que este padecimiento causa incapacidad física que limita sus actividades cotidianas e implica altos costos de tratamiento.
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Existen opciones terapéuticas basadas en esteroides inhalados y broncodilatadores de larga duración que han demostrado una reducción de hasta un 25% en el riesgo de exacerbaciones moderadas y 34% de exacerbaciones graves.
El tratamiento reduce de manera significativa las exacerbaciones de los pacientes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 25 millones de personas con EPOC.