Comparar a Bukele de El Salvador, Bolsonaro en Brasil o el mismo Trump en los Estados Unidos con el ganador, por amplia mayoría, en la segunda ronda de las elecciones presidenciales de Argentina, Javier Milei, es cuento corto. A casi un año de la consagración del Campeonato Mundial de Fútbol, el 55% del país celebra en las calles el término de una era de 20 años de Gobierno Kirchnerista.
¿Cómo lo hizo?
El mediático libertario Javier Milei con poca publicidad y comerciales, con su nuevo partido “La Libertad Avanza” creado hace dos años, sin representación en las Gobernaciones de las Provincias Argentinas ni las Intendencias de Municipios, literalmente arrasó en estas elecciones con un 11% de ventaja al candidato del actual Gobierno, Sergio Massa. Un candidato con poca credibilidad política, y del pueblo en general, debido a su cambio de partidos políticos, y de ideología. Actual ministro de Economía de un país en crisis económica con 140% de inflación anual y cerrado al mercado internacional, con más de 10 diferentes tipos de cambio a la moneda extranjera, el dólar, lleno de especulaciones. Un Gobierno plagado de acusaciones y sentencias de corrupción en los últimos 20 años incluyendo a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner sentenciada, pero en proceso de apelación de una lenta Justicia Argentina. A favor, la contención social de un país con 40% de pobreza, apoyo a los derechos humanos y apertura y aceptación a creencias religiosas, sexuales y la amplia aceptación de extranjeros en el país.
¿Cuál es la ideología y los planes del nuevo Presidente?
Libertario. Un modelo totalmente nuevo en Argentina, el país de Perón y Evita, de lamentables golpes militares y del histórico partido Radical. La Democracia celebra 40 años de paz, elecciones transparentes y sin fraude que sitúan al país con credibilidad democrática.
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Cerrar el Banco Central de la Republica, cerrar ministerios incluyendo el de Educación, dolarizar y abrir la economía eliminado impuestos y trabas, son solo algunas de las promesas del candidato libertario sin experiencia de gobierno ni empresaria. También prometió eliminar subsidios a desempleados e indigentes con la intención de crear trabajos en el sector privado. También prometió privatizar empresas públicas como la histórica YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), acciones que aumentaron 40%+ en la Bolsa de Nueva York, la TV Pública, los servicios públicos, etc. ¿El costo? Un probable aumento de precios y tarifas ya que también prometió con subsidios de tarifas públicas que ayudan a los más necesitados y trabajadores de bajo nivel adquisitivo.
De pocas bases familiares, no reconoce a su padre, no apoya a otras orientaciones sexuales, planteó una controversial donación y venta de órganos y hasta criticó al Papa Francisco, el Dios argentino, para algunos después de Messi, por supuesto.
Implementar estos cambios va a ser su desafío ya que no cuenta con mayoría en el Congreso, ni representación en las Provincias Argentinas ni en las Intendencias Municipales. Su estrategia política comenzó para estas elecciones con el Partido del Pro, del expresidente Macri, quien había perdido apoyo del pueblo y su puesto como mayor opositor al gobierno actual.
Prometió ‘mano dura’ contra el crimen, la inseguridad, el tráfico de drogas y sus bandas, no solo con una nueva policía equipada sino también con la presencia de los militares si es necesario. Lo llaman la ‘campana del miedo’, ya que el país tiene heridas no muy lejanas de las Juntas Militares tomando el Poder Ejecutivo y la conducción del país por fuerza propia, eliminado derechos humanos y la Constitución del país. Nadie quiere revivir esa época oscura de la Argentina. Siquiera sentirla con militares armados en las calles.
Eso sí, sus convicciones de Libertad son su convicción política y su forma de vida que ahora tendrá 4 años para llevarlas a cabo en un país que clama por un cambio de conducción y económico.
¿Qué le espera a la Argentina?
Sin duda incertidumbre no solo si estos cambios son en realidad posibles, y si lo son, cuáles serán los resultados ya que no hay antecedentes concretos y recientes. El apoyo del pueblo argentino en su gran territorio desde el Norte Montanoso al Sur Patagónico, del Atlántico a los Andes, hoy es su principal aliado, esperanzado de cambiar el status quo de muchos años de un gobierno populista, de pocas oportunidades y cerrado económicamente.
Pocos aliados en la región Sudamericana, México y Centroamérica, mirará más al Norte, a los Estados Unidos como su gran aliado comercial y también militar.
Por: Darío Bellot
Fundador Argentinos en Philadelphia
Comisionado del Gobernador para Asuntos Latinos