La cacería de inmigrante sin documentación es un hecho. El presidente Donald Trump cumple su promesa de frenar la migración ilegal con detenciones y deportaciones masivas, segunda máxima prioridad de su mandato y su gran promesa electoral.
Solo en el primer día completo bajo su mandato, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), detuvo a más de 300 inmigrantes considerados “graves criminales”, según aseguró Tom Homan, “zar” de la frontera del nuevo Gobierno estadounidense. Esta cifra ha seguido en aumento.
“Algunos de ellos eran violadores, otros asesinos, algunos habían abusado de niños. ICE está haciendo su trabajo. Está priorizando, tal y como el presidente dijo que haría”, dijo el funcionario a la cadena Fox News.
Esta es considerada la mayor operación masiva de deportación en la historia del país, y es un hecho que mantiene en angustia y zozobra a la comunidad inmigrante, ya que, además, se permitirán detenciones en lugares como iglesias o escuelas, puntos protegidos durante la era Biden.

Josnexcy Martínez, una venezolana de 28 años, y su hijo de cinco, entraron a Estados Unidos en octubre usando la aplicación CBP One, con la que migrantes solicitaban refugio desde México y eran procesados en un punto fronterizo. Pero esa modalidad también fue suspendida por Trump, dejando a miles desconsolados.
Pese a que Martínez podría quedarse legalmente mientras espera su audiencia ante un juez de migración, anda con temor e incertidumbre. “Mi miedo es que me vaya a parar una redada, un policía o alguien de migración y me pida mis documentos. Yo siempre llevo mis papeles”, sostiene
Se estima que unos 11 millones de inmigrantes viven en Estados Unidos sin papeles, y la mayor cantidad está en California, Texas, Florida, Illinois, New York y New Jersey, según el Pew Research Center.
¿Cuándo puede ser deportado un inmigrante?
Un extranjero puede ser expulsado de Estados Unidos si entró ilegalmente al país, cometió un delito, quebrantó las leyes de inmigración o está involucrado en actos delictivos que amenazan “la seguridad pública”, según datos oficiales.
“El proceso generalmente comienza con un arresto por la policía local o federal antes de ser transferidos al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas”, conocido como ICE, afirmó New Frontier Immigration Law, un bufete de abogados en su página web.
La poderosa Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) recordó que, en general, el migrante debe mostrar los documentos de inmigración, si los tiene, y en caso contrario pedir “permanecer en silencio” o “consultar a un abogado”.
Si es detenido “diga que desea permanecer en silencio y solicita un abogado de inmediato. No le dé ninguna explicación”, afirmó.
Si ha sido arrestado por la policía, “tiene derecho a hacer una llamada local” y si lo es por ICE, “tiene derecho a comunicarse con su consulado”, explicó ACLU.
¿Qué pasa cuando es detenido?
El migrante detenido puede permanecer en un centro de detención hasta el juicio en una corte migratoria o hasta que sea expulsado, según la legislación estadounidense.
Aquellos que no han pasado por un control migratorio al entrar al país pueden ser expulsados rápidamente, lo que se conoce como orden de deportación acelerada, sin pasar por una corte migratoria.
Otros pasan por una corte, lo que alarga el proceso. El juez examina el caso.
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A veces el extranjero puede pedir asilo, un ajuste de estatus o solicitar la cancelación de la remoción.
En ocasiones el Departamento de Seguridad Interior (DHS) puede dejar en libertad a un extranjero previo pago de una fianza, mientras continúa el proceso de inmigración.
Si ordena la deportación, el migrante tiene la posibilidad de salir del país por su cuenta, salida voluntaria.
Pero “los criterios de elegibilidad son muy estrictos” para las salidas voluntarias, precisó New Frontier Immigration Law. Algunas órdenes de deportación se pueden apelar.
¿Cómo son deportados?
En muchos casos, si los acusados son de México, son transportados hasta la frontera más cercana, señaló New Frontier Immigration Law.
Según información gubernamental, la mayoría de las personas son expulsadas por avión y Estados Unidos corre con los gastos.
Los que cometieron delitos no violentos pueden acogerse a un programa llamado Rapid REPAT, que les permite salir de prisión rumbo a sus países.