De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas, existen en el mundo 783 millones de personas hambrientas. Es decir, que un tercio de la humanidad se enfrente a inseguridad alimentaria, pero la cifra que aun parece ser más grave es la revelada por la Agencia de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA): una quinta parte de los alimentos se desperdician, esto equivale a mil millones de comidas.
Los números nacen del informe sobre el Índice de Desperdicio de Alimentos 2024 de PNUMA. Por su parte, la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señaló que alrededor del 19% de los alimentos disponibles para los consumidores se desperdician en el comercio minorista, los servicios alimentarios y los hogares; también el 13% de los alimentos se perdieron en la cadena de suministro.
«El desperdicio de alimentos es una tragedia mundial. Millones de personas pasarán hambre hoy mientras se desperdician alimentos en todo el mundo», dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. Añadió que no es solo un problema de la economía mundial, sino que también agrava el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
Las estimaciones señalan que cada persona en el mundo desperdicia 79 kilogramos de alimentos al año, es decir, 1,3 comidas diarias para todas las personas hambrientas del mundo. Los hogares, por su parte, desperdician 631 millones de toneladas, o hasta el 60%, del total de alimentos, en cambio, los sectores de servicios alimentarios y venta al por menor fueron responsables de 290 y 131 millones de toneladas respectivamente.
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¿Afecta el cambio climático?
Para los investigadores existe una correlación directa entre las temperaturas medias y los niveles de desperdicio de alimentos.
Se ha evidenciado que en los países más cálidos existe mayor desperdicio de alimentos per cápita en los hogares. «Las temperaturas estacionales más altas, los episodios de calor extremo y las sequías hacen que sea más difícil almacenar, procesar, transportar y vender alimentos de manera segura, lo que a menudo conduce a que se desperdicie o se pierda un volumen importante de alimentos», explicó una nota de prensa de la ONU.
«El desperdicio y la pérdida tienen una huella medioambiental. Se calcula que genera entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según los autores, inciden también en la repercusión en ecosistemas naturales que se tienen que convertir para producir unos alimentos que en muchos casos acaban en la basura», señaló El País de España.
Solo en Estados Unidos, la producción de alimentos perdidos o desperdiciados genera el equivalente en emisiones de gases de efecto invernadero a 43 millones de automóviles, de acuerdo al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
La población sigue creciendo y la pregunta no es cómo cultivar más alimento sino cómo alimentar a tantas personas y evitar desperdiciar lo que ya se produce.