Febrero fue el mes del cáncer. El 4 fue el Día Mundial contra el cáncer y el 15 el Día Mundial contra el cáncer infantil. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo. Es una enfermedad que se desarrolla cuando se producen cambios en un grupo de células normales del organismo y estas tienen un crecimiento “anómalo e incontrolado” que producen tumores.
Cada seis muertes en el mundo se deben al cáncer. Es un padecimiento que no solo afecta a los pacientes, lo sufren también los familiares, en especial los cuidadores. En el año 2018 se registraron 9,6 millones de muertes por cáncer en el mundo, 70% de las muertes fueron registradas en países de ingresos bajos y medio.
En América se diagnostican cada año a 2.9 millones de personas, según la Organización Panamericana de la Salud, 1.3 millones mueren. Se prevé que para 2025 los casos de cáncer aumenten a más de 4 millones de nuevos casos y 1,9 millones de muertes.
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Pero hay un punto también importante: la tasa de supervivencia, especialmente en el cáncer infantil. Ha disminuido el riesgo de fracaso de los tratamientos, pasando del 46% del periodo 1980-1984 al 20% de hoy en día.
Una tasa de supervivencia del 80% presenta necesariamente nuevos retos para los niños supervivientes. Los especialistas pediátricos reclaman un aumento del apoyo en los cuidados de los niños y jóvenes supervivientes de cáncer, ya que, el 70% de los mismos desarrollan secuelas como consecuencia del tratamiento recibido.