Al parecer en la tarea jurídica de los abogados, que buscan litigar sobre el fraude electoral, resulta difícil satisfacer el ego de Trump. Los éticos legales y los activistas pro-democracia han cuestionado la participación de los abogados en esta búsqueda. Mientras tanto Trump se aferra al poder y el presidente electo Joe Biden despliega su agenda.
Según Justin Levitt, profesor de la Facultad de Derecho de Loyola,”esto puede ser un intento de apaciguar el ego en el jefe. Pero hay consecuencias en el mundo real para la gente real que sale de eso”. El catedrático es un ex funcionario electoral del Departamento de Justicia. “El intento de apaciguar el ego del presidente no es un crimen sin víctimas”.
Los leales al presidente Donald Trump han presentado al menos 15 impugnaciones legales sólo en Pensilvania. Es donde han hecho el mayor esfuerzo por reclamar los 20 votos electorales del estado. Han vivido situaciones difíciles y algunas penosas en materia de la práctica de la ley.
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Sobre estos temas escribió la periodista Maryclaire Dale y Alanna Durkin Richer. Advirtieron que Durante una audiencia judicial en Pensilvania esta semana un juez preguntó a un abogado de la campaña si había encontrado algún signo de fraude entre las 592 boletas impugnadas.
La respuesta fue no.
“Acusar a la gente de fraude es un paso bastante grande”, dijo el abogado, Jonathan Goldstein. “Todos estamos tratando de hacer una elección”.
Cómo satisfacer el ego de Trump
Es un hecho que Donald Trump no ha sido tan cauteloso. Insiste sin pruebas de que le robaron las elecciones. Incluso cuando los funcionarios electorales de ambos partidos en todo el país dicen que no ha habido conspiración. Ante esas verdades llegadas de lado y lado es que se prevé que será difícil satisfacer el ego de Trump.
El pasado miércoles Trump la emprendió contra Filadelfia. El bastión demócrata ayudó a empujar al presidente electo Joe Biden sobre los 270 votos del Colegio Electoral. Fueron importantes para ganar la carrera.
El Jefe de Estado en funciones acusó a un funcionario electoral republicano local, Al Schmidt, de ignorar “una montaña de corrupción y deshonestidad”. Twitter añadió una etiqueta que decía que la afirmación de fraude electoral es discutida.
Los partidarios de Trump han presentado al menos 15 impugnaciones legales sólo en Pensilvania. También hay acciones en Georgia, Arizona, Nevada y Michigan.
En la corte, sus abogados deben caminar por una precaria línea entre la defensa de su cliente y el cumplimiento de su juramento profesional.
Las amenazas de muerte
El empeño que se hace para satisfacer el ego de Trump no será una actividad sin víctimas. Algunos abogados tirarán al foso sus carreras. Sin embargo Al Schmidt podría hasta perder la vida. En este mundo donde el fanatismo se ha exacerbado, los vengadores aparecen.
Schmidt dijo a “60 Minutos” de la CBS que su oficina ha recibido amenazas de muerte simplemente por contar votos. “Desde dentro, mirando hacia fuera, se siente todo muy trastornado”, dijo Schmidt en una entrevista que salió al aire el domingo. “Contar los votos emitidos en o antes del día de las elecciones por los votantes elegibles no es corrupción. No es hacer trampa. Es democracia”.
Alimento para los fanáticos
Por encima de lo tangible y legal, más allá de la falta de pruebas, se hallan los fanáticos. Incontables votantes aceptan la afirmación de Trump sobre una elección amañada y donan a su fondo legal. Ellos si están dispuestos a satisfacer el ego de Trump.
Un bufete de abogados involucrado en las demandas electorales, Porter Wright Morris & Arthur, con sede en Ohio, pareció quitar su Twitter el martes después de haber sido atacado. La firma se negó a responder a las preguntas de la Associated Press. Callaron sobre la alimentación en un comunicado emitido el miércoles que decía que tenía una larga historia de trabajo electoral.
Una segunda firma, Jones Day, dijo que representaba no a la campaña de Trump sino al partido republicano de Pensilvania. Estaban en un litigio ante la Corte Suprema de los EE.UU. sobre la extensión de tres días para aceptar votos por correo.
Rudi Giuliani es la estrella
A nivel nacional, la estrategia está siendo dirigida por aliados de Trump como Rudy Giuliani, el abogado personal del presidente; el agente político David Bossie. El segundo no es abogado. Al equipo se suma Jay Sekulow, un abogado principal durante el juicio de destitución del presidente este año. Bossie recientemente dio positivo en COVID-19.
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El experto en leyes electorales Rick Hasen dijo que esperaría ver a litigantes de primera fila de la Corte Suprema. Se supone que ellos debería estar involucrados. Nombró a dos ex abogados generales, Paul Clement o Theodore Olson. Se cree que estarían en la corte si Trump tuviera un caso sólido.
“Hay ciertos nombres de abogados de élite que indican al Tribunal Supremo que algo es serio”, dijo Hasen, profesor de la Universidad de California en Irvine. En cambio, “la campaña anunció que ponía a Rudy Giuliani y David Bossie a cargo”.