El 5 de Julio de 1811, en la Capilla Santa Rosa de Lima, en Caracas, se firmó el Acta de la Independencia, con lo que Venezuela se convirtió en la primera colonia hispanoamericana en declarar formalmente su separación de la corona española. Más de dos siglos después, esta fecha sigue siendo emblemática, aunque su significado ha evolucionado con el tiempo y según el contexto nacional.
La firma del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela no fue un evento espontáneo, sino el resultado de años de agitación política y social. Las ideas de libertad, igualdad y autonomía habían ganado fuerza entre la población venezolana, alimentadas por el fervor patriótico y el descontento con el dominio colonial español.
Esta firma fue el culmen de un proceso gradual de crecimiento del sentimiento independentista en Venezuela. Desde la creación de la Junta Suprema de Caracas en 1810, que asumió el gobierno en nombre del rey Fernando VII, pero con tendencias autónomas, hasta la decisión final de romper los lazos con España, cada paso fue determinante en el camino hacia la emancipación.
Los firmantes del Acta de Independencia, entre ellos Francisco de Miranda, Cristóbal Mendoza, Juan Germán Roscio, entre otros destacados líderes, asumieron un riesgo considerable al desafiar el poderío de la corona española. Conscientes de las posibles represalias y de las dificultades que enfrentarían en la lucha por la libertad, mostraron un coraje admirable y un compromiso inquebrantable con la causa independentista.
La Declaración de Independencia de Venezuela no solo representó la emancipación política del país, sino también el comienzo de una guerra prolongada y sangrienta contra las fuerzas realistas españolas. Pero, el espíritu indomable de los patriotas venezolanos y su ferviente deseo de libertad les permitieron perseverar a pesar de las adversidades.

El 5 de Julio para los venezolanos de hoy
Para muchos venezolanos, el 5 de Julio sigue siendo un símbolo de orgullo y unidad. Pero, en el contexto actual de Venezuela, marcado por una profunda crisis económica, política y social, esta fecha también está cargada de contradicciones.
Algunos ciudadanos sienten que la independencia conquistada en 1811 ha sido traicionada por las condiciones que atraviesa el país: la dependencia económica, la migración masiva, la polarización política, la represión y la pérdida de instituciones democráticas generan una sensación de desarraigo y desencanto.
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En medio de las adversidades, algunos ciudadanos reivindican el espíritu del 5 de Julio como una llamada a la resistencia cívica y a la reconstrucción del país. Ven en el legado de los libertadores una fuente de inspiración para luchar por un nuevo pacto social, más justo, más inclusivo y más democrático. Estos conmemoran esta fecha no es solo recordando el pasado, sino comprometiéndose con el presente y el futuro.
Así, el 5 de Julio sigue siendo una fecha clave para los venezolanos, pero ya no con un significado único. Es, más bien, un espejo de la complejidad del país actual: orgullo por la historia, pero también un espacio de reflexión crítica sobre lo que significa la libertad, la soberanía y la independencia en el siglo XXI.