El 4 de Julio es una de las fechas más emblemáticas del calendario estadounidense. Cada año, millones de personas celebran con desfiles, eventos culturales, fuegos artificiales, reuniones familiares y un fuerte sentimiento patriótico el Día de la Independencia del país.
Antes del estallido de la Guerra de la Revolución de Estados Unidos, Estados Unidos estaba conformado por 13 colonias: Massachusetts, Nuevo Hampshire, Rhode Island, Connecticut, Nueva York, Pensilvania, Nueva Jersey, Delaware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia.
Estas colonias fueron fundadas en los siglos XVII y XVIII por británicos, y hacían parte de los territorios de Gran Bretaña. Estas se caracterizaban por ser autónomas, tener elecciones locales, colaborar entre sí y no compartir las posturas de los británicos en materia de impuestos y leyes.
Esta autonomía desencadenó una serie de movimientos revolucionarios e independistas. Luego de una ardua batalla por lograr la soberanía, el 28 de junio de 1776, el comité presentó la versión final del Acta de Independencia Norteamericana ante el Congreso, la cual fue aprobada por unanimidad el 2 de julio del mismo año e impresa dos días después: el 4 del mismo mes.
La Independencia de Estados Unidos dio cabida a importantes y necesarios hechos históricos en beneficio del país:
- Debilitamiento de Gran Bretaña: una vez independizadas las colonias norteamericanas, tuvo que reorientar su imperio colonial hacia África, Oceanía y Asia.
- Constitución de 1787: estableció una forma de gobierno republicana, representativa y federal, dando paso a la creación de 3 poderes: legislativo, ejecutivo y judicial.
- Consagración de Derechos Elementales: libertad de expresión, de prensa y de reunión.
- Desarrollo económico: Expansión territorial y creación de un mercado interno.
- Influencia sobre las colonias hispanoamericanas que se encontraban bajo la dominación española

El 4 de Julio: Patriotismo con un toque de sabor latino
La festividad, tradicionalmente anglosajona, ha evolucionado con el tiempo. Es un día en el que se ondea la bandera y sus colores, rojo, blanco y azul, se llevan con orgullo por personas de todos los orígenes, sin importar la nacionalidad de los diversos grupos que conforman la población de Estados Unidos.
La cultura latina ha encontrado formas únicas de integrarse a las celebraciones patrias, añadiendo color, sabor y música a la fecha. En barrios con alta presencia hispana, no es raro encontrar parrillas en las que se mezclan hamburguesas con arepas, tacos o chorizos.
Las bandas de mariachis, la salsa o la bachata se suman a las marchas, festividades y desfiles, y las reuniones familiares suelen extenderse hasta bien entrada la noche. Para muchos latinos, el 4 de Julio también representa la oportunidad de reafirmar su amor y agradecimiento por el país que los acogió, sin dejar de lado sus raíces culturales.
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Todo esto, sin dejar a un lado los fuegos artificiales característicos de este día, que más allá del espectáculo visual, se han convertido en un símbolo compartido que une culturas, en un mismo territorio arropado por un cielo pintado de colores.
El Día de la Independencia se ha convertido en un reflejo del mosaico de culturas que conforman Estados Unidos, donde el patriotismo no tiene un solo rostro, sino que se celebra en muchos idiomas, sabores y ritmos.