Un centenar de mujeres desfilaron por el Tyler Perry Studios, en Atlanta, Estados Unidos, mientras representaban a 90 países y demostraban sus cualidades para convertirse en la próxima Miss Universo. Sólo una fue la ganadora: Zozibini Tunzi, de Sudáfrica.
En una reñida competencia, Tunzi, una extraordinaria mujer africana, rompió el famoso estándar de belleza con sus atributos y proyectos, que entre ellos destaca seguir apoyando a la gente de comunidades pobres en ese continente.
El certamen, que al día de hoy evalúa no solo la belleza física sino el conocimiento del contexto social, económico y político del mundo, se inclinó por la sensibilidad de la sudafricana.
La corona que adornará el reinado de Tunzi, cuenta con un gran diamante canario dorado de 62,83 quilates, que fue ubicado en la parte central de ésta.
Sofía Aragón, la representante del país azteca, también era una de las favoritas, pues era el carisma de la representante de México lo que hacía soñar también a todo un país que espera celebrar algo dentro de los problemas políticos que atraviesa.
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Aragón fue elegida entre las 10, luego entre las 5 finalistas, para finalmente quedar en el Top 3 de las participantes que estaban a un paso de la corona.
Madison Anderson, de Puerto Rico, quedó en segundo lugar y podrá efectuar funciones en caso de faltar Zozibini Tunzi.
La noche transcurrió entre imponentes trajes típicos, curvilíneos trajes de baño e inesperadas preguntas que debían responder cada una de las elegidas.
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