El gobierno de España consideró como un «grave desafío» el viaje de más de 8 mil migrantes africanos nadando a las costas de Ceuta.
Aprovechando la descoordinación entre los gobiernos de Marruecos y España por temas diplomáticos, cerca de 8 mil migrantes llegaron nadando en los últimos dos días a las costas de Ceuta. Sin embargo, el gobierno de Pedro Sánchez ha considerado el tema como de máxima gravedad y le dijo a los habitantes de Ceuta y Melilla que su gobierno será firme para «garantizar su seguridad ante cualquier desafío y bajo cualquier circunstancia».
España desplegó al ejército para que los soldados detuvieran a los migrantes conforme tocaban tierra después de un agotador nado desde la localidad marroquí de Fnideq. Autoridades de Bruselas le recordaron a Marruecos que las fronteras españolas también son las fronteras de la Unión Europea, así que le exigieron tomar cartas en el asunto y frenar a las personas en movimiento.
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Las tensiones entre Marruecos y España comenzaron hace un par de semanas cuando Brahim Gali, el secretario general del Frente Polisario, el grupo de liberación nacional que pide la independencia del Sahara Occidental frente a Marruecos, viajó hasta Logroño, España, para recibir atención médica ya que se había contagiado de COVID-19.
El evento más numeroso hasta la fecha se había producido el fin de semana del 7 y 8 de noviembre de 2020, en las Islas Canarias, cuando en un solo día llegaron a sus costas 1.500 personas, desembarcando casi 2.200 migrantes en todo el fin de semana.
La distancia entre suelo africano y europeo es de 200 metros a nado, pero algunos migrantes intentaban ir más lejos para eludir a los militares.
En la noche del martes al miércoles, las fuerzas de seguridad marroquíes bloquearon a decenas de personas que se dirigían hacia la frontera con la intención de emigrar, quienes respondieron lanzando piedras.