El suministro de opioides de Filadelfia se ha visto superado por la xilacina, un tranquilizante para animales vinculado a miles de sobredosis en todo el país. Conocida en el argot callejero como “tranq”, su mezcla con la heroína o el fentanilo, puede ser mortal. Además, provoca desagradables heridas y llagas que pueden provocar amputaciones.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no ha aprobado el uso de la xilacina para el consumo humano, que suele utilizarse en animales grandes, como los caballos. Los fármacos para revertir la sobredosis, como la naloxona, no detienen sus efectos.
Algunos se inyectan la droga sin saberlo, mientras que otros buscan el sedante para alargar el efecto de los opioides tradicionales, según explicaron las autoridades sanitarias de la ciudad a Axios.
Detectada por primera vez en las calles de Filadelfia hace una década, la droga permaneció inactiva durante años antes de reaparecer con fuerza.
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El uso de la droga apareció en menos del 2% de las sobredosis mortales entre 2010 y 2015. Sin embargo, esa cifra aumentó a cerca del 31% en 2019, según un informe de los investigadores del Departamento de Salud Pública de Filadelfia.
Actualmente se manifiesta en cerca del 93% de las 625 muestras de droga analizadas desde noviembre de 2020, afirmaron las epidemiólogas de la ciudad Jewell Johnson y Jennifer Shinefeld. A esto, se añade el hecho de que las infecciones de tejidos blandos y las amputaciones se han incrementado.
Kensington, el epicentro de la crisis de opioides de la ciudad, se considera el centro del auge de la xilazina, según las autoridades sanitarias. No es una sustancia controlada, y se puede comprar legalmente en línea, por lo que la policía no está haciendo grandes incautaciones.
Combinación letal
Shawn Westfahl, coordinador de prevención de sobredosis de Prevention Point, el único centro de intercambio de agujas de la ciudad, dijo que la combinación de xilacina y fentanilo puede dormir a una persona durante horas, lo que hace más difícil determinar si alguien está sufriendo una sobredosis.
Westfahl ha observado que algunos se están volviendo dependientes de la combinación del fármaco con el fentanilo y buscan la “droga tranquilizante” cuando experimentan síntomas de abstinencia.
Los narcotraficantes locales utilizan la xilacina como agente de corte para ampliar los suministros de heroína y fentanilo, según explicó el inspector Jamill Taylor, de la unidad de narcóticos de la policía de Filadelfia. “Básicamente se los come vivos. Hace que se pudran de adentro hacia afuera”.