La senadora Elizabeth Warren no solo está imponiendo la agenda en materia de campaña electoral desde el ángulo de los progresistas, sino que en el debate de la noche del jueves lució como una triunfadora y opacó a los estelares de las encuestas como Joe Biden o Bernie Sanders.
La candidata a las presidenciales de 2020, quien busca retirar de la Casa Blanca al presidente Donald Trump, fue eficaz en sostener como piedra angular de su campaña el proyecto de un Medicare para todos los estadounidense y frente a todos los temas que se impusieron respondió con templanza y seguridad de una potencial jefe de Estado.
Es cierto que desde la perspectiva mediática las cámaras tienen la inclinación de enfocar al ex vicepresidente Joe Biden quien sigue como favorito en las encuestas, pero no menos cierto es que está perdiendo terreno en el mundo de las probabilidades y favoritismos, mientras Elizabeth Warren los gana.
De acuerdo a una crónica elaborada por el periodista Reid Wilson del staff de The Hill, Biden actuó menos como la líder que la senadora Elizabeth Warren, “la candidata que emerge como la principal rival de Biden en el ala progresista del Partido Demócrata” argumentó el redactor.
Reid Wilson utilizó un párrafo clave para ilustrar la atmósfera del debate celebrado la noche del jueves en Houston y escribió que “mientras muchos de los otros candidatos compitieron por la atención de la audiencia con chistes y chistes de padres, Warren una vez más estableció gran parte de la agenda inicial, defendiendo su plan de salud de Medicare para Todos y deshaciéndose de los pocos ataques que se le presentaron”.
De acuerdo a las maniobras que los candidatos demócratas han realizado en el escenario nacional, para el debate de anoche se esperaba que los principales contendientes dispararan sus críticas contra Elizabeth Warren, quien con una ganancia de popularidad “in crescendo” la hacían un blanco natural.
De acuerdo a los hechos, cuando se le pidió a Biden que criticara el plan de Medicare para Todos que tanto Warren como el senador Bernie Sanders han hecho piedras angulares de sus campañas, Biden recurrió primero a Warren, a pesar de que Sanders es el principal patrocinador de la medida en el Senado.
“Pero Biden, en el idioma del Senado, apenas le dio un empujón a Warren, a quien llamó ‘mi distinguida amiga, la senadora de mi izquierda’”.
A lo largo de las más de dos horas y media que siguieron, ese fue el grado de su interacción, menos un tirón que una distensión.
Muchos de los otros candidatos dispararon directamente a Biden, incluyendo los ataques más agresivos de la noche, por parte del ex secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, Julián Castro. Castro cuestionó la capacidad mental de Biden y su capacidad para construir sobre la Ley de Atención Asequible.
Warren, por el contrario, era una de las cuatro candidatas que no atacó a ninguno de sus rivales en el escenario. Y, reflejando la frustración de algunas otras campañas demócratas que no han podido igualar el aumento constante de Warren ni darle un puñetazo, ella fue una de las pocas que no fue atacada, con la única excepción del gentil golpe de Biden.
A través de tres rondas de debates, en las que otros han tenido un éxito momentáneo al presionar a sus rivales en el escenario, Warren no lo ha hecho. Ella ha surgido como la más segura de su propia agenda, y la más capaz de establecer la agenda a la que responde el resto del campo.
Warren aún va a la zaga de Biden en la mayoría de las encuestas estatales y nacionales, aunque muchas de esas encuestas muestran que la ventaja de Biden se está reduciendo. Donde Biden jugó en defensa, los otros candidatos parecían incapaces o no dispuestos a enfrentarse directamente a Warren.