Cada vez que llueve suele haber grandes inundaciones en Miami Beach y a todo lo largo y ancho de la costa, situación que estropea la cotidianidad de la cosmopolita ciudad de Florida.
Hasta 1912, lo que en la actualidad es Miami Beach era sólo una isla-barrera donde predominaban pantanos y manglares. En aquel entonces diversos empresarios e inversionistas vieron en la isla el potencial de construir una ciudad dedicada al placer y el lujo a orillas del mar.
Luego conectaron el islote con Miami a través de un puente y en 1915 de manera oficial Miami Beach comenzó a recibir visitantes y hoy en día constituye un destino turístico a nivel mundial. Mediante dragados, los constructores ganaron más terreno para la isla que hoy tiene una superficie terrestre de 19 km².
Ahora como consecuencia del calentamiento global la ciudad enfrenta grandes desafíos que se traducen en inundaciones recurrentes. En época de lluvia los turistas se sorprenden al observar que el agua brota de las alcantarillas al punto de provocar anegaciones temporales.
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Los científicos han pronosticado que la crisis climática conducirá a que los polos y glaciares se derritan para empantanar una serie de superficies continentales. Las ciudades que se hallan a orillas del mar son las más amenazadas y Miami Beach se encuentra en la lista negra. Los más pesimistas aseguran que la hermosa ciudad turística de Florida está condenada a desaparecer.
Hace cuatro años las autoridades anunciaron un plan para mitigar el aumento del nivel del mar que se come las playas y afecta la vida cotidiana. Desde entonces, Miami Beach se convirtió en pionera en lo que se refiere a elevar las calles para evitar que se inunden, pero las obras que lucen necesarias provocan una gran controversia.
A algunos residentes les preocupa que la protección de las calles ponga en riesgo sus propiedades. El propietario de un comercio, Stephan Ginez, junto a unos vecinos cuestionan los planes de eliminar cientos de estacionamientos subterráneos y elevar las calles hasta 60 centímetros. A ellos les preocupa que elevar las calles cerca de sus propiedades empeore la situación.
Otros vecinos alegan que proyectos anteriores, como los de Palm Beach e Hibiscus Island, donde elevaron el nivel de las carreteras dejaron las viviendas multimillonarias muy por debajo del nivel de la calle.
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La mayoría de los residentes se han negado a firmar los llamados acuerdos de armonización, según reseñan medios locales. Con esto se pretende liberar a la ciudad de los posibles daños que puedan generarse durante las obras.
“No hay que ser un científico para saber que tenemos que hacer esto, sólo tenemos que hacerlo de una manera que respete a los propietarios”, comentó el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber.
El desplome del edificio residencial Champlain Towers South que dejó numerosos muertos aún no es atribuido al aumento del nivel del mar, pero sirvió para alertar sobre las vulnerabilidades.
“Crearon terreno a partir de algo que era inhabitable o que ni siquiera estaba ahí, y construyeron encima de ello”, declaró a BBC Mundo el geólogo Randall Parkinson, investigador de áreas costeras en la Universidad Internacional de Florida.