Combatir fuego con fuego es la estrategia farmacológica que desde Vancouver y la provincia de Columbia Británica, Canadá, aplicará para mermar el poder letal del fentanilo con el suministro de píldoras de hidromorfona.
Las muertes por sobredosis de opiáceos se han incrementado en esta zona canadiense.
El asesino ha sido identificado como fentanilo, un opiáceo sintético que es 50 veces más potente que la heroína. Datos gubernamentales precisan que entre enero y noviembre de este año, 1.380 personas fallecieron en Columbia Británica a consecuencia de sobredosis, y el uso de fentanilo estuvo implicado en el 84 % de estas muertes.
Como un paliativo a este problema socio-sanitario se implantará un programa piloto para suministrar píldoras de hidromorfona, un analgésico derivado de la morfina utilizado para tratar el dolor.
La experiencia empezará el próximo 8 de enero y permitirá el consumo hasta 50 personas al día en una de las narcosalas de Vancouver.
Christy Sutherland, la directora médica de PHS Community Services, la organización que distribuirá la hidromorfona, declaró al periódico “The Globe and Mail” que los usuarios de opiáceos han sido los que sugirieron la distribución del opioide en píldoras.
“Cuando hablamos con ellos, nos dicen que (las inyecciones de hidromorfona) no son tan efectivas como las pastillas, que cuando las usan en las calles, se sienten mejor”, declaró la doctora Sutherland.
El coste de la inyección de hidromorfona, u otros opioides, en las narcosalas de Vancouver es de 25 mil dólares al año por paciente. En comparación, la distribución de píldoras reduce el coste anual por paciente a 700 dólares.
Otra organización de Vancouver, BC Centre for Disease Control (BCCDC), también tiene previsto distribuir en 2019 píldoras opioides aunque en este caso para ser consumidas fuera de las narcosalas.