El algoritmo para la creación de inmunoterapia está estampado en un protocolo de trabajo, pasos que de acuerdo a las tildes en el “check list” llevan a las naciones u organizaciones sanitarias internacionales a brindarles su aprobación.
En el caso de los ensayos en humanos de la vacuna experimental contra el coronavirus desarrollada por la empresa Moderna Therapeutics, de acuerdo a datos logrados por la BBC, están saltándose un paso previo que normalmente se usa en este tipo de estudios: asegurarse primero de que la vacuna es capaz de provocar una respuesta inmune en animales.
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En este riesgo son socios la empresa privada y los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), que están financiando los primeros ensayos.
Más allá de los protocolos frente a los señalamientos la empresa con sede en Cambridge, Massachusetts, afirma que la vacuna fue creada usando un proceso de fiabilidad comprobada.
El doctor John Tregoning, un experto en enfermedades infecciosas del Imperial College de Londres, señaló que “esta vacuna usa una tecnología preexistente. Fue creada con un estándar muy alto, empleando cosas que sabemos que son seguras para las personas y quienes participan en el ensayo serán sometidos a un seguimiento muy riguroso”.
“Sí, esto es muy rápido, pero esta es una carrera contra el virus, no en contra de otros científicos, y se está haciendo por el bien de la humanidad”, agrega.
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Los voluntarios recibirán distintas dosis de la vacuna experimental. Cada uno de ellos será pinchado en el brazo en dos ocasiones, con 28 días de separación entre las dosis.
Pero incluso si estas pruebas iniciales van bien, aún podría tomar hasta 18 meses para que una vacuna potencial esté disponible para el público en general.