El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha solicitado a la comunidad internacional 3.900 millones de dólares para asistir a 41 millones de niños víctimas de conflictos y desastres naturales en el año 2019. La cifra corresponde a un llamamiento global que dispone 70 millones de dólares para atender a los menores de edad en la crisis venezolana.
El plan de acción para 2019, presentado hoy en rueda de prensa en Ginebra, intenta garantizar el acceso al agua potable, comida, educación, y servicios sanitarios para niños de 59 países. Igualmente la seguridad de los infantes constituye uno de los objetivos incluidos en la solicitud del organismo.
El director de Programas de Emergencia de Unicef, Manuel Fontaine cuestionó la normalidad con que se han asumido las condiciones actuales de muchos menores en países en situaciones de enfrentamiento. “Nunca habíamos visto tanta conflictividad en el mundo en los pasados 30 años como ahora, y vemos de forma creciente aceptar como algo ‘normal’ ataques a escuelas o detenciones de niños”.
La principal partida, de 904 millones de dólares, se destinará a comunidades de acogida de refugiados sirios en Egipto, Jordania, Líbano, Irak y Turquía, seguida de las dirigidas a Yemen (542,3 millones), la República Democrática del Congo (326,1 millones), Siria (319,8 millones) y Sudán del Sur (179,2 millones).
Sin embargo, Venezuela es la principal prioridad para Unicef en Latinoamérica, como lo demuestra el hecho de que 70 de los 109 millones de dólares que solicita para asistir a esa región están planificados para atender a niños de ese país así como los que han emigrado desde allí a naciones vecinas.
“Estamos muy preocupados por la situación de los niños en Venezuela (…) y pedimos a todos que protejan a niños y adolescentes en este momento”, señaló Fontaine.
“También trabajamos en países vecinos como Colombia, Brasil y Ecuador, para ayudar a las comunidades de acogida (de migrantes y refugiados venezolanos) en la recepción de familias y niños que cruzan la frontera”, destacó el responsable de Unicef.
Los países de Latinoamérica y el Caribe acogen al menos 2,4 millones de refugiados y migrantes de Venezuela (de los 3 millones de personas que han dejado el país por la crisis política y económica que sufre), un “alto e impredecible flujo que reduce la capacidad de los países de acogida en servicios e infraestructuras ya de por sí limitados”, destaca Unicef.
Haití constituye otra nación prioritaria para el organismo que busca recaudar 24 millones de dólares para gestionar su ayuda, mientras que parte de los 16 millones de dólares restantes se dirigirá a las caravanas de migrantes desde Centroamérica hacia México y EEUU.
Otra importante partida para la región latinoamericana es la dirigida a Haití, país para el que Unicef busca recaudar 24 millones de dólares, mientras que parte de los 16 millones de dólares restantes se dirigirá a las caravanas de migrantes desde Centroamérica hacia México y EEUU.
“Somos muy activos en México, donde nuestra mayor preocupación es la protección de niños que son parte de las caravanas que parten desde Centroamérica. Trabajamos de cerca con las autoridades mexicanas para proveerles con alimentos, agua y otras necesidades”, subrayó Fontaine.
Unicef calcula que más de 34 millones de niños que viven en situaciones de conflicto y desastre en todo el mundo carecen de acceso a servicios de protección de la infancia, entre ellos 6,6 millones de niños en Yemen, 5,5 millones en Siria y 4 millones en la República Democrática del Congo.
“Hoy en día, millones de niños que viven en situaciones de conflicto o desastre sufren niveles horribles de violencia que les provocan sufrimientos y traumas”, destacó la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fiore, en un comunicado.
Unicef aspira a lograr junto a sus donantes y socios en 2019 objetivos como apoyo psicosocial a 4 millones de niños, educación básica para 10,1 millones, la inmunización de 10,3 millones contra el sarampión o el tratamiento de 4,2 millones de menores con desnutrición aguda grave
“Proporcionar a estos niños el apoyo que necesitan es fundamental, pero si no se lleva a cabo una acción internacional considerable y sostenida, muchos de ellos continuarán cayendo en el olvido”, subrayó el director de Programas de Emergencia de Unicef, Manuel Fontaine.
Las necesidades de Unicef en Latinoamérica para 2019 casi triplican las del pasado año, cuando solicitó 37,4 millones de dólares para sus programas de ayuda en esa región pero sólo recaudó 24,9 millones.