Hanoi tiene la textura de una de esas ciudades que recolocará su tenor histórico al albergar en menos de 48 horas una cumbre en la que el mundo tiene cifradas sus esperanzas para que los Estados Unidos y Corea del Norte lleguen a un acuerdo de paz.
Vietnam será el país anfitrión que alojará el encuentro donde Donald Trump y Kim Jong-un modelarán los últimos detalles de lo que podría ser un proyecto de desnuclearización, una acción que alivianaría tensiones en el orbe.
Se prevé que Kim entre en Vietnam por la localidad de Dong Dang y que de ahí cubra los 170 kilómetros restantes hasta Hanoi por autopista a bordo de su limusina.
A Trump, que despega hoy lunes de Washington a bordo del Air Force One, también se le espera el martes en Hanoi aunque sin tanto misterio y expectación.
El domingo el presidente estadounidense volvió a elogiar a Kim -con quien hasta hace menos de dos años intercambiaba insultos y amenazas- y aseguró que si se deshace de sus armas nucleares puede convertir a su nación “en una de las grandes potencias económicas del mundo”.
“Ambos esperamos una continuación del progreso hecho en la primera reunión de Singapur. ¿Desnuclearización?”, agregó el mandatario en su cuenta de Twitter.
Varias fuentes indicaron a su vez a Yonhap que ambos cenarán el miércoles juntos en la capital vietnamita, posiblemente en la Opera de Hanoi, ya que el jefe de gabinete del mariscal norcoreano, Kim Chang-son, visitó recientemente el recinto en compañía de funcionarios estadounidenses.
Se esper que este segundo encuentro impulse el diálogo iniciado en su primera cumbre de Singapur del pasado junio, en la que ambos países acordaron “trabajar para la desnuclearización de la península coreana”, al tiempo que Washington se comprometía a ofrecer “garantías de seguridad” para la supervivencia del régimen.
Hanoi se preprara
Hanoi, la “ciudad de la paz”, se ha blindado con fuertes medidas de seguridad y ha organizado variopintas celebraciones ante la llegada de Kim Jong-un y DonaldTrump para una cumbre de líderes que convertirá a la capital vietnamita en el centro de la atención mundial.
Los controles de seguridad se notan desde hace días, en especial en las calles más céntricas, con militares y policías patrullando de forma constante y con un contingente de miles de agentes esperando a ser desplegado durante la cumbre.
“La seguridad estará al máximo nivel”, afirmó hoy en rueda de prensa el viceministro de Asuntos Exteriores vietnamita, Le Hoai Trung.Las fuerzas del orden dieron una muestra de poderío esta mañana con un desfile de 30 coches policiales, decenas de motos y varios vehículos blindados por las principales arterias de Hanoi.
A los agentes locales se suman los enviados por Corea del Norte y Estados Unidos en los últimos días para ultimar los preparativos de una cumbre que atraerá sobre la ciudad vietnamita las miradas de todo el planeta.
Las calles céntricas y la carretera que conecta con el aeropuerto llevan días engalanadas con miles de flores, banderas de Corea del Norte, Vietnam y EEUU sujetas a la imagen de un apretón de manos y pancartas con los lemas “Hanoi, la ciudad de la paz” y “Asociación por una paz duradera”.
Mientras las autoridades se afanan en evitar problemas y dar una imagen de eficacia y solvencia, los vietnamitas de a pie se toman la cumbre como una celebración de la paz a la que se suman con iniciativas variopintas.