En un ambiente proselitista el presidente de los Estados Unidos y aspirante a la reelección, Donald Trump, sostuvo su convencimiento de que la nación contará para finales de año con una vacuna que impida el desarrollo de la COVID-19 en los inmunizados.
Tasado por el mismo fiel que el coronavirus ha impuesto a todos, el candidato Donald Trump sostuvo un encuentro online con sus seguidores, actividad que fue divulgada por la cadena Fox News. El Jefe de Estado se dirigió a su seguidores con la clara indicación de “decir lo que piensa”.
Generalmente esta alocución traduce que expondrá algo que no ha sido recomendado por sus asesores. Y así avanzó: “Pero yo diré lo que pienso: creo que vamos a tener una vacuna más pronto que tarde”, agregó, sin aclarar qué le hace pensar eso, más allá de citar sus conversaciones con “jefes de empresas” implicadas en el desarrollo de la vacuna.
Puedes leer: Cada vez más estadounidenses salen a las calles en medio de la pandemia
Sobre los pronósticos relacionados con una vacuna, los expertos en salud del Gobierno habían citado enero de 2021 como la fecha más temprana en la que podrían tener disponible una vacuna del coronavirus.
Proselitismo y esperanzas
Sin ambages el presidente Donald Trump expuso que está en una carrera con los demás países que tienen a su comunidad científica trabajando en una solución inmunológica contra la COVID-19.
Preguntado por si quiere tener la vacuna antes que cualquier otro país, Trump respondió: “No me importa, solo quiero conseguir una vacuna que funcione. Si otro país la consigue antes, me quitaré el sombrero”.
“Vamos mucho más rápido que en ninguna vacuna en la historia”, subrayó.
El temerario lenguaje
Aunque ya aclaró que nadie notó el sarcasmo cuando recomendó inyecciones de desinfectante para combatir el virus, no mencionó el desdén del que le acusan con el que echó su primera mirada a la pandemia, durante el encuentro con los suyos hizo otra afirmación delicada.
Trump reconoció que quizá 90 mil muertes no puede “llamarse un éxito”, pero alegó que es preferible al “millón o dos millones que habría habido” sin medidas de restricción del movimiento.
Esto lo refirió al saltar de cifra en cifra para determinar su predicción en el número de fallecidos que dejará la COVID-19 e los Estados Unidos.
El mandatario también elevó su predicción del número de muertes que dejará el coronavirus en EE.UU., dado que el cálculo de 60.000 fallecimientos que citó el 20 de abril ya ha quedado obsoleto y ahora supera los 67.000.
“Antes decía que serían 65.000, ahora digo 80 o 90.000” muertes en total, subrayó Trump, cuya proyección supera la actualizada esta semana por la Universidad de Washington, de 72.400 fallecimientos.
Comunidad de Inteligencia
El presidente también rechazó las informaciones de prensa de que él ignoró varias advertencias de las agencias de inteligencia sobre la gravedad del coronavirus en enero y febrero.
Puedes leer: Supply chain on strain because of fearful meat shoppers
Afirmó que este lunes las agencias de inteligencia del país respaldarán públicamente su versión de que no fue hasta el 23 de enero cuando le dijeron “que vendría un virus pero que no iba a tener un impacto real”.
“Fue una conversación breve, poco después cerré el país a China y yo era el único en esa habitación que quería cerrarlo”, recalcó Trump.