El inicio de la transición entre el equipo del presidente electo Joe Biden y la administración de la Casa Blanca recibió la luz verde de Donald Trump. Al parecer el neoyorquino quiere pasar a la historia como el mandatario de un solo término que se irá de la presidencia con una tesis de fraude electoral bajo el brazo.
Probablemente cansado de las burlas que recibe su equipo de legistas indicó este lunes que ya no se opone a la transición. Su gobierno asistirá al equipo de su rival Joe Biden, tras semanas aferrado a una batalla legal para impugnar los resultados.
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El retrasado proceso implica dar acceso a equipo entrante a documentos para la nueva administración. Sobre los detalles de este pequeño giro escribió para AFP el periodista Sebastian Smith.
El inicio de la transición
Hasta las postrimerías Trump sigue gobernando a través de su cuenta del pajarito azul. Tuiteó que la Administración General de Servicios debería “hacer lo que sea necesario” luego que la directora de la agencia, Emily Murphy, dijera que iba a iniciar el proceso, bloqueado hasta el momento.
…fight, and I believe we will prevail! Nevertheless, in the best interest of our Country, I am recommending that Emily and her team do what needs to be done with regard to initial protocols, and have told my team to do the same.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 23, 2020
Trump quien en la víspera de las elecciones del 3 de noviembre aseguró a la prensa que “no sabe perder”, no va a ceder en sus demandas. En el mismo trino el mandatario republicano se negó a concederle la victoria a su rival. Afirmó: “¡Nuestro caso sigue con FUERZA, vamos a seguir sosteniendo una buena lucha y creo que vamos a ganar!”
El pensilvano Joe Biden celebró el paso dado. Lo describió como crucial para una “transferencia de poder pacífica”. Ambas aceras han tenido semanas de una tensión inédita en Estados Unidos.
Los anuncios del gabinete
El veterano político demócrata anunció este lunes sus nombramientos para la diplomacia y la seguridad nacional. Es un equipo compuesto en su mayoría por veteranos del gobierno de Barack Obama. Todo apunta al retorno a la política exterior tradicional de Estados Unidos.
El experimentado diplomático Antony Blinken fue nombrado como secretario de Estado. El exjefe de la diplomacia John Kerry fue designado delegado especial para el clima. Linda Thomas-Greenfield fue elegida como embajadora ante la ONU. Por su lado Avril Haines, será directora de Inteligencia Nacional y Jake Sullivan ocupará el cargo de Asesor de Seguridad Nacional.
Un nombramiento interesante
En un signo de renovación, Biden eligió a Alejandro Mayorkas como jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS). Mayorkas -que nació en La Habana- será el primer latino en dirigir esta cartera. Se encargará entre otros temas de la inmigración.
Los primeros nombramientos apuntan a dejar atrás la política de “Estados Unidos primero” auspiciada por Trump. Adoptará un enfoque más centrado en el multilateralismo.
“No tenemos tiempo que perder cuando se trata de nuestra seguridad nacional y nuestra política exterior”, dijo Biden en un comunicado que fue emitido en inglés y en español.
Funcionarios experimentados
Biden destacó que los miembros de su gabinete son “experimentados”. Han probado sus cualidades “en situaciones de crisis”. El presidente electo enfatizó que su equipo estará abocado en la tarea de “reconstruir” las instituciones. Asimismo de renovar y reformular el “liderazgo estadounidense”.
El nombramiento de Kerry apunta en especial a la promesa de Biden de volver al Acuerdo del Clima de París. Perseverará en la lucha contra el calentamiento global.
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Además este lunes se conoció que Janet Yellen será la secretaria del Tesoro. Con esto hará historia como la primera mujer en dirigir esta cartera, si es confirmada en el cargo por el Senado.
Esta economista de 74 años fue la presidenta de la Reserva Federal durante parte del gobierno de Obama y fue reemplazada por Trump cuatro años más tarde.