Un tribunal federal de apelaciones falló este miércoles 23 de julio en contra de la orden ejecutiva emitida por el presidente Donald Trump, que buscaba eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento. La decisión, tomada por el Noveno Circuito de Apelaciones en California, ratifica un fallo previo de una corte de menor instancia que consideró la medida como inconstitucional.
Con una votación de 2 a 1, los jueces del tribunal señalaron que “la interpretación propuesta en la Orden Ejecutiva, que niega la ciudadanía a muchas personas nacidas en los Estados Unidos, es inconstitucional. Estamos completamente de acuerdo con la conclusión del tribunal de distrito”, escribieron en su resolución.
La demanda fue presentada por los gobiernos de los estados de Washington, Arizona, Illinois y Oregon, todos liderados por administraciones demócratas. Es la primera vez que un tribunal de apelaciones se pronuncia sobre esta controvertida medida, impulsada por Trump al inicio de su mandato.
El fallo tiene un alcance nacional, lo que impide que la orden ejecutiva sea aplicada en cualquier parte del país. Esta decisión se produce menos de un mes después de que la Corte Suprema limitara el poder de los jueces federales para emitir medidas cautelares a nivel nacional. Sin embargo, el alto tribunal dejó abierta la posibilidad de aplicar estas medidas en casos de demandas colectivas o presentadas por estados, como ocurre en este caso.
Los estados demandantes argumentaron que permitir la implementación de la orden ejecutiva solo en ciertos lugares generaría daños irreparables. Entre ellos, destacaron la pérdida de reembolsos federales por atención médica y servicios sociales a niños que ya no serían considerados ciudadanos, así como un aumento significativo en los costos administrativos para cumplir con la medida.
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La orden ejecutiva, firmada por Trump en su segundo día en el cargo, pretendía revocar la ciudadanía automática para hijos de inmigrantes indocumentados y de migrantes con visados temporales. Esta política contradecía directamente la Enmienda 14 de la Constitución estadounidense, adoptada en 1868, que garantiza la ciudadanía a toda persona nacida en territorio estadounidense.