“Que vivas en tiempos interesantes”, dice la expresión, utilizada por Robert F. Kennedy y atribuida a los chinos. Se usa con ironía, lo que significa que nuestros tiempos normales de paz y armonía no son tan interesantes. Y, debido a que nos encontramos en uno de esos períodos interesantes de nuestra historia, entendemos completamente la intención de la expresión. En lugar de paz y comprensión, enfrentamos desorden y conflicto del tipo que no habíamos visto en décadas. La guerra de Vietnam fue trágica, pero parecía que nuestro gobierno podría resolver ese conflicto simplemente alejándose, como lo hizo. Y el juicio político de Nixon, aunque siniestro, finalmente se llevó a cabo de manera bipartidista.
Pero ahora, hay indicios de que este presidente no se irá a menos que el Servicio Secreto lo saque a la fuerza de la Casa Blanca. Existe un temor legítimo, debido a sus declaraciones, de que tendremos una guerra civil si es depuesto. Muchos tiranos a lo largo de la historia han causado un sufrimiento incalculable antes de ser obligados a abandonar el cargo, y estamos viendo a uno de ellos en este momento. No hay lugar para esconderse del ataque diario de acciones confusas de nuestro gobierno, de mensajes contradictorios sobre política doméstica y exterior, del sufrimiento de inmigrantes, de profesionales desacreditados que habían creído tener los mejores trabajos de sus vidas, solo para ver sus carreras llegar a un final repentino. Hemos vivido meses de confusión con nuestro gobierno actual, con un ejecutivo arrogante decidido a socavar nuestras instituciones, moldeando los tribunales a su imagen, ignorando la información de nuestras agencias de inteligencia, degradando el papel del Congreso y atacando a la prensa como indigna de confianza, como proveedores de “noticias falsas”. Y aquí estamos ahora, presenciando una guerra de palabras entre el ejecutivo y el Congreso, en un país dividido. Nunca habíamos visto una Casa Blanca totalmente dedicada a defenderse con barricadas. Cuando algunos Republicanos se atrevieron a separarse de Trump, nos dieron un rayo de esperanza de que el final podría estar cerca para uno de los peores períodos de nuestra historia. Quizás el liderazgo Republicano salga de su estupor y no se esconda, finalmente reconociendo que su hombre ha envenenado a nuestra sociedad.
No fue una sorpresa leer que Trump había considerado seriamente un foso en la frontera, lleno de serpientes y caimanes. Según las revelaciones más recientes en el New York Times, Trump parecía haber sugerido disparar a los inmigrantes en las piernas para frenarlos. Y vimos al hombre a cargo de defender nuestro sistema de justicia, el fiscal general Willam Barr, uniéndose a Rudy Giuliani, viajando por el mundo para servir a los nefastos propósitos de Trump, intercambiando el prestigio y la buena voluntad de Estados Unidos por informes infames. Al fin de cuentas, estos tiempos interesantes pueden llegar a su fin, porque siempre hemos podido contar con hombres y mujeres de buena voluntad para servir por el bien de la nación y no por sus intereses egoístas. Qué prevalezcan.
Editorial