“Deportación masiva” es la frase que formó parte de la promesa electoral del presidente electo, Donald Trump, y que retumba en la mente, inquieta, preocupa y llena de incertidumbre y temor a millones de inmigrantes indocumentados.
Ángel Palazuelos casi no ha podido dormir desde que Donald Trump ganó la presidencia por temor a las consecuencias que le pueda acarrear el regreso del republicano al poder.
Trump prometió apretar las tuercas en materia migratoria, algo que puede determinar el futuro de Palazuelos, un migrante mexicano de 22 años que ha pasado la mayor parte de su vida en Estados Unidos. “Me aterrorizó”, enfatizó a AFP el recién graduado ingeniero que reside en Arizona.
Palazuelos es uno de los más de tres millones de los llamados “Dreamers”, migrantes que llegaron muy niños a Estados Unidos y que han pasado la mayor parte de su vida en el país, pero sin obtener la ciudadanía. “Me da miedo ser deportado, perder todo por lo que he trabajado tan duro, y más aún, que me separen de mi familia”.
Al igual que Palazuelos, José Patiño migró con su familia de México a Estados Unidos cuando tenía seis años, pero nunca consiguió nacionalizarse en el país donde ha pasado casi toda su vida.
Patiño trabaja para la oenegé Aliento que ayuda a los inmigrantes indocumentados, y tras la victoria de Trump se siente “asustado” y “triste”.
Amparado bajo el programa DACA, creado durante el mandato de Barack Obama para proteger principalmente a los dreamers, Patiño teme un retroceso bajo la gestión de Trump, quien en su primer gobierno intentó eliminar esta iniciativa.
Antes del DACA, Patiño vivió en carne propia el desafío de no tener un amparo legal. No podía obtener una licencia de conducir, ni tenía documentos para trabajar. “No quiero volver a ese tipo de vida”.
“Lo más difícil para mí es que seguir las reglas, trabajar, pagar mis impuestos, contribuir al crecimiento nacional, nada de eso es suficiente. Es frustrante e hiriente”.
El temor está presente, independientemente del estatus, origen o ciudad
Independientemente del estatus legal, el origen o la ciudad de residencia de los inmigrantes, el temor está presente. Aquellos que están indocumentados temen ser deportados, mientras que a los residentes permanentes les inquieta el perder su permiso para permanecer en el país o que se les niegue la ciudadanía si usan algún servicio de ayuda federal.
Los migrantes indocumentados representan 3,3% de los habitantes de Estados Unidos y al menos 8,3 millones son trabajadores, de acuerdo con el instituto de investigación Pew Research Center.
La mayoría de los migrantes indocumentados se concentran en seis estados: California, Texas, Florida, Nueva York, Nueva Jersey e Illinois.
Sin embargo, el Pew Research Center advirtió que este panorama puede haber cambiado durante los últimos dos años debido a tres factores que aún no se reflejan en las estadísticas oficiales:
- La cifra récord de más de 2 millones de arrestos en la frontera con México.
- El incremento de más de 1 millón de solicitudes de asilo.
- La llegada de 500.000 migrantes beneficiados por permisos humanitarios, parole, provenientes de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua.
Durante la campaña electoral, Trump agitó el miedo de migrantes con amalgamas y exageraciones de cifras, y llegó a decir que estos “envenenan la sangre del país”.
El presidente electo también prometió poner fin a programas de acogida a migrantes implementados en años recientes por Washington, retomar la construcción del muro fronterizo y contratar 10.000 agentes.
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Trump nombró a tres halcones para cumplir su promesa migratoria
Desde su victoria electoral, Trump ha dado pasos encaminados a cumplir sus promesas. Se apresuró a nombrar a Tom Homan como “zar de la frontera”. No detalló en qué consistirá el trabajo de este antiguo director de la agencia encargada del control de la inmigración (ICE), pero el nombre del cargo habla por sí solo.
Homan supervisó durante el primer mandato de Trump una política que trataba como delincuentes a los migrantes que intentaban entrar ilegalmente en territorio estadounidense, con lo que perdían la custodia de sus hijos.
“Priorizaremos las amenazas a la seguridad pública y a la seguridad nacional”, declaró Homan a Fox News.
Subrayó que también cerrarán la frontera y “salvarán” a “más de 300.000 niños desaparecidos”, al hacer referencia a un informe de la Oficina del inspector general del Departamento de Seguridad Interior, que afirma que se ha perdido el contacto con más de 32.000 niños migrantes no acompañados que no han acudido a la corte tras quedar en libertad entre 2019 y 2023.
Además del “zar de la frontera”, el presidente electo nombró otros dos halcones: Kristi Noem a la cabeza del departamento de Seguridad Interior y Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Trump califica de “invasión” la entrada de migrantes sin visa por la frontera con México, por lo que también prevé declarar el estado de emergencia nacional y recurrir al ejército para llevar a cabo su promesa de deportación masiva.
Con información de AFP