En el liderazgo policial está la raíz del problema de la reprobable conducta de las fuerzas policiales y una reforma que haga una verdadera diferencia debe hacer un impacto directo en los supervisores de los uniformados incluyéndoles de primero en un sistema sancionatorio o de asignación de responsabilidades cuando uno de sus agentes cometen una falta.
Además es todavía más necesario depurar a los cargos políticos que están dentro de la estructura policial que mantienen dentro de la fuerza a “malos elementos” que son usados para “trabajos necesarios” y aunque son evidentes sus infracciones cuando son tratados de procesar “desde arriba” reciben la ayuda necesaria para salir “invictos”.
Esta es la opinión de Peter Vaira, miembro de Greenblatt, Pierce, Funt & Flores. El es un ex-fiscal de Pensilvania y autor de un libro sobre la práctica del Distrito Este. Actúa como maestro de audiencias especiales para los tribunales y clientes de Pensilvania.
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En un artículo para The Legal Intelligencer, el especialista quien observa los anuncios de reforma policial que han saltado silvestres por toda la nación en ocasión del homicidio del George Floyd, opinó que “todo el personal de la policía de supervisión debe tener una responsabilidad de liderazgo, acorde con su rango, y debe ser reprendido y removido por no liderar. Los servicios militares se basan en estos requisitos de liderazgo”.
Sancionen al supervisor
De acuerdo a Peter Vaira la mayoría de las medidas de reforma pasan por alto el elemento más importante: la exigencia de habilidades de liderazgo en los altos mandos de los departamentos de policía.
“Esto requiere el tipo de liderazgo que superará las ordenanzas municipales anticuadas, los contratos laborales engorrosos y la influencia política local. Todo el personal de la policía de supervisión debe tener una responsabilidad de liderazgo, acorde con su rango, y debe ser reprendido y removido por no liderar. Los servicios militares se basan en estos requisitos de liderazgo. Los departamentos de policía tienen organizaciones de personal cuasimilitar, con una estructura de mando y disciplina; sin embargo, pocos departamentos de policía siguen el ejemplo del personal militar”.
Según la visión de Vaira, el ex oficial que asfixió a Floyd, Derk Chauvin, junto a los agentes que se manejaron de forma pasiva en la escena, deberían estar procesados de manera conjunta con todos los supervisores de Minneapolis que están en la cadena de mando del oficial homicida. Para el especialista cuando un hombre falla, de la manera como lo hizo Chauvin, toda la estructura uniformada sabe que es un “mal elemento” desde hace mucho tiempo atrás.
Los buenos policías saben qué hacer
Para el especialista Viara los buenos policías no necesitan la mayoría de las reformas propuestas. Ellos saben cómo hacer un arresto físico o manejar a manifestantes rebeldes de manera legal. Lo que es necesario es asegurar que se establezca un código de responsabilidad para hacer que el sistema responda para exponer a los posibles oficiales problemáticos antes de que cause problemas. Hay muchos factores que deben ser superados para que eso ocurra.
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“Un factor es que los buenos policías no expondrán voluntariamente a los malos. Los buenos policías conocen a los malos policías. Los buenos policías saben quiénes son los que están en el banquillo, quiénes falsifican los informes, quiénes están en deuda con los políticos locales, y podrían identificar a los policías cuya conducta es probable que se convierta en un problema. En mi carrera como fiscal federal, los agentes federales me aconsejaron a menudo que eran reacios a trabajar con ciertos policías locales, ya que no confiaban en su integridad. Mientras trabajaba con agentes de policía de Chicago y Filadelfia, a menudo me aconsejaban que cierto compañero policía era un problema en espera de ocurrir y que debía excluir a esa persona de nuestro proyecto. El principal problema de gestión es que los buenos policías rara vez le dicen a nadie acerca de los oficiales problemáticos, incluyendo informar a sus propios supervisores. Hay muchas razones prácticas para esto, incluyendo que muchos policías malos tienen apoyo político fuera del departamento y cualquier información suministrada sobre su mala conducta es silenciosamente ignorada, o se encuentra “sin fundamento”. Un buen líder puede establecer una atmósfera en la que los buenos policías informen tranquilamente a sus superiores sobre policías o procedimientos problemáticos”.