La Cámara Baja de Estados Unidos aprobó someter a juicio político (impeachment) al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, por su gestión que ha derivado en una crisis migratoria en la frontera con México.
El hemiciclo de mayoría republicana dio su visto bueno a ese proceso por 214 votos a favor y 213 en contra.
La cámara baja del Congreso acusó formalmente a Mayorkas de no hacer cumplir la ley de inmigración y de “violación de la confianza pública” y “negativa sistemática y deliberada a cumplir con la ley”, pero la última palabra la tiene el Senado, bajo control demócrata.
La aprobación por la mínima cantidad de votos el martes 13 de febrero se dio luego de que el pasado día 6 de este mismo mes los republicanos, que son mayoría en la Cámara no reunieran los votos suficientes para aprobar el juicio político contra Mayorkas, con un resultado de 214 votos a favor y 216 en contra.
Pero resulta improbable que el juicio político a Mayorkas prospere en vista de que tras la votación del 13 de febrero el “impeachment” pasa a manos del Senado, donde se requieren dos tercios de los votos y los demócratas ostentan la mayoría, aunque estrecha.
En la Cámara Alta incluso basta una mayoría simple para que el juicio político ni siquiera se someta a votación, un escenario ya contemplado por algunos senadores demócratas.
Esta es la primera vez en casi 150 años que la Cámara Baja envía a juicio político a un secretario del Gobierno. Hasta hoy, la única vez que había ocurrido fue en 1876, cuando el entonces secretario de Guerra, William Belknap, fue imputado pero después absuelto por el Senado.
El presidente de la Cámara Baja, el republicano Mike Johnson, manifestó que desde el primer día en el cargo Mayorkas se ha negado deliberada y consistentemente a cumplir con las leyes federales de inmigración, “alimentando la peor catástrofe fronteriza en la historia de Estados Unidos”, según lo confirma la investigación de un comité del Congreso.
“Después de una declaración de guerra, la inculpación es posiblemente la potestad más seria otorgada a la Cámara y hemos tratado este asunto como corresponde”, dijo Johnson, muy cercano al magnate Donald Trump.
“Dado que este secretario se niega a realizar el trabajo (…) la Cámara debe actuar”, añadió.
Airadas respuestas
La reacción de Joe Biden fue inmediata. Tras la votación el Presidente de Estados Unidos calificó de “descarado acto de partidismo inconstitucional” la decisión de la cámara baja.
“La historia no verá con buenos ojos a los republicanos de la Cámara de Representantes por su flagrante acto de partidismo inconstitucional que ha apuntado a un servidor público honorable para prestarse a juegos políticos mezquinos”, estimó en un comunicado.
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“Los republicanos con preocupaciones genuinas sobre la frontera deberían querer que el Congreso proporcione más recursos fronterizos y una seguridad fronteriza más sólida”, agregó el mandatario.
Igual de airada ha sido la respuesta del Departamento de Seguridad Interior (DHS).
Los republicanos “serán recordados en la historia por pisotear la Constitución para obtener beneficios políticos en lugar de trabajar para resolver los graves desafíos en nuestra frontera”, afirmó la portavoz del DHS Mia Ehrenberg.