Solo 200 mil migrantes legales al año es la cifra que estipulan puede evitar que los Estados Unidos entre en una “crisis demográfica marcada por caos económico, social y ambiental”, evento que ha sido pronosticado por el centro de estudios Crecimiento Negativo de la Población (NPG por sus siglas en inglés).
La cifra que se ha estipulado para la consideración de las autoridades es hasta seis veces inferior al número de inmigrantes que hasta la fecha llegan anualmente a suelo estadounidense con miras a desarrollar una vida con miras a obtener la ciudadanía.
Edwin Rubenstein, investigador y analista económico del NPG, una institución con sede en el estado de Virgina, precisó en datos aportado a la agencia estatal de información ibérica, que “nuestro sistema de seguridad social se encamina a un desastre, pero la solución no está en el aumento de la población sino cambiar el sistema para que pueda sostenerse”.
De acuerdo al estudio la población actual de Estados Unidos ha alcanzado las 328 millones de personas y la Oficina del Censo calcula que llegará a las 404 millones de personas en 2060.
En el caso estadounidense es notorio que el incremento de la población tiene como fuente la inmigración –legal e ilegal- y que la política de puertas abiertas contribuyó al 35 por ciento del crecimiento de población en 2010 y aportó –en el medio de las más arduas restricciones- el 48,5 por ciento del incremento en 2018.
Donald Mann, presidente de NPG, en lo profesional coincide con las políticas que en el ámbito migratorio impulsa la administración de Donald Trump. Para él la nación debe hacer ingentes esfuerzos para contener la inmigración ilegal y cambiar los mecanismos de inmigración legal.
“Pero si no atendemos el número total de inmigrantes legales aceptados cada año en el país estamos, simplemente, alimentando una crisis demográfica en la cual Estados Unidos estará abrumado por demasiada gente”, según Mann.
“Para terminar con el crecimiento de población impulsado por la inmigración deberíamos fijar un límite de no más de 200 mil inmigrantes legales al año, incluidos los que vienen por asilo, los refugiados y otras clases especiales de inmigrantes”, añadió.
Por su parte Rubenstein dijo que “la gente piensa que la economía está bien porque el índice de desempleo está bajo”.
El índice oficial de desempleo en Estados Unidos fue del 3,6 por ciento en abril, el más bajo en casi medio siglo.
“Pero lo que ocurre es que hay mucha gente que ya no busca empleo pero que lo buscarían si hubiese menos gente con la cual competir”, agregó.
“En el último informe sobre empleo había 8,2 millones de personas nacidas en EE.UU. que ni siquiera figuran en la fuerza laboral”, insistió.
De mantenerse el ritmo de llegada actual de inmigrantes, la fuerza laboral (población con edad de entre 25 y 64 años) pasaría de 173 millones actuales a 183,2 millones en 2035, de acuerdo a un estudio del centro de investigaciones Pew.
Si se resta el componente de inmigrantes, la cifra sería de 165,6 millones, señaló el informe de Pew, que analiza la evolución e influencia de la inmigración en la fuerza laboral.
Rubenstein sostuvo que la solución para sustentar una población nativa que envejece “no está en el aumento de la población sino en un cambio del sistema para que pueda sustentarla”.
“Necesitamos aumentar la tasa de impuestos del seguro social de los trabajadores para pagar a los futuros jubilados, y necesitamos subir la edad mínima para jubilarse”, dijo Rubenstein.
“El sistema colapsara a menos que modifiquemos su funcionamiento interno (…) Si continúa la inmigración al ritmo actual podremos manejar la situación por un tiempo, pero llegará el día de la verdad”, aseguró.