Con unas 50 personas como testigos, fueron sepultados los restos de 13 migrantes que murieron hace poco más de un mes en un accidente de autobús en Panamá. Los féretros llegaron al cementerio municipal de David, distante unos 450 kilómetros al oeste de Ciudad de Panamá, a bordo de dos vehículos de la fiscalía.
Una máquina cavó previamente una fosa común de unos 20 metros de amplitud y tres metros de profundidad en el camposanto donde se realizó una modesta ceremonia religiosa para despedir a los migrantes, a cargo del cardenal José Luis Lacunza.
“Son 13 personas las que hoy están en este entierro solemne, de ellas cinco fueron debidamente identificadas a través de los medios científicos internacionales y ocho no han sido identificadas”, dijo la fiscal superior de Chiriquí, Melissa Navarro.
La funcionaria presente en las exequias en compañía de funcionarios de Migración, Ministerio Público, Cruz Roja y personal de la embajada de Haití en Panamá, refirió que entre los migrantes identificados se encontraban dos haitianos, un brasileño, un nigeriano y una persona de Eritrea.
Los dos vehículos que trasladaron los cuerpos arribaron al cementerio escoltados por la Policía, que también desplegó unidades antidisturbios en el sitio del sepelio cuyo acceso fue restringido.
Los cuerpos fueron sepultados en bolsas blancas y de forma individual en una fosa común. Pertenecen a migrantes que no fueron reclamados por sus familiares o que no pudieron ser identificados por las autoridades panameñas.
El pasado 15 de febrero un autobús con 67 migrantes irregulares a bordo se salió de la carretera en una curva y cayó por un desnivel, en la localidad panameña de Gualaca, provincia de Chiriquí, a unos 400 kilómetros de Ciudad de Panamá.
Te puede interesar:Choque de autobús con migrantes deja al menos 39 muertos
El vehículo trasladaba a los extranjeros desde la selva del Darién, que limita al sur con Colombia, hacia un albergue que los hospedaría antes de reanudar su travesía sin visa hacia Estados Unidos.
En el accidente murieron 37 migrantes y dos conductores panameños y más de 20 personas resultaron heridas. Entre los muertos se cuentan haitianos, cubanos, venezolanos, ecuatorianos, colombianos y africanos.
A pocos kilómetros del cementerio, algunos de los sobrevivientes tratan de superar la tragedia y permanecen en un centro católico. Buscan los recursos económicos para continuar su viaje.
“Perdí a mi mamá y a mi padrastro y pensé por un momento que iba a perder a mis hermanos”, dijo a la AFP Adriana Quinto, una venezolana de 27 años que salió de su país junto con 10 adultos y 5 niños de su familia con el objetivo de llegar a Estados Unidos.