Santo Domingo es la capital y la ciudad más importante de República Dominicana. En sus calles esconde numerosos encantos que mezclan el viejo mundo y el estilo moderno de Occidente, lo que hace que no tenga nada que envidiarle a cualquier metrópoli moderna del mundo.
La ciudad, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990, integra sus palacios y fortalezas medievales en el ambiente urbano nocturno y las zonas comerciales. Cada rincón está lleno de historia.
Santo Domingo, que se encuentra situada en el sur del país junto con la desembocadura del Rio Ozama, acobija en sus calles a una imponente y cautivadora Zona Colonial, el principal centro histórico cultural y de entretenimiento.
La ciudad también arropa el Parque Colón, uno de los puntos neurálgicos y un lugar ideal para tomar un café, una gaseosa, alguna bebida típica o simplemente para disfrutar de las despejadas e inigualables vistas.

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Junto al parque, se encuentra la calle El Conde, un paseo peatonal que reúne numerosos comercios ideales para comprar y regalar un detalle de la ciudad.
Otra calle importante es la de Las Damas, debido a su importancia histórica, y es que en ella se pueden apreciar bellos edificios coloniales a través de sus estrechos callejones que desprenden encanto.
En cuanto a patrimonio arquitectónico, el mayor ejemplo es la Catedral de Santo Domingo, que destaca por su interior compuesto por elementos de estilo gótico, renacentista español y barroco.
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Además de esa arquitectura que atrapa a los visitantes, Santo Domingo ofrece una gran variedad de opciones de entretenimiento, sorpresas y cultura, entre lo que destacan sus numerosos museos como el Faro de Colón o el Museo de Arte Moderno.
En Santo Domingo también se puede contemplar a la naturaleza en todo su esplendor, al visitar el precioso jardín botánico, el zoológicoo el increíble acuario, antes de que llegue la noche que pone a bailar al son de la música caribeña.

La diversidad gastronómica que se ofrece en Santo Domingo no puede faltar. Los visitantes pueden degustar un sinfín de platos típicos, los cuales están caracterizados por tener influencias de sabores americanos, europeos y africanos, pero siempre preservando sus raíces y la creatividad.
El espíritu jovial propio de sus habitantes que acompaña desde el hospitalario recibimiento, sus encantadores paisajes y su atrapante y envolvente historia son parte de los recuerdos que quedan marcados en la memoria al visitar la ciudad, esa que también es conocida como el primer asentamiento europeo de América.