Un eco más vocal que consonántico rebotó en las paredes de la Catedral de San Patricio donde mexicanos residentes en Nueva York rindieron tributo a la Virgen de Guadalupe en su día.
“La morenita”, como cariñosamente es aludida por la feligresía, es la que inspira una de las advocaciones marianas más importantes de América.
Cada 12 de diciembre desde el 1667, por orden del papa Clemente X la alegría llega a muchos altares de nuestro continente, pero este júbilo católico manifestado a unas cuadras de Rockefeller Center es un signo de hermandad y amor cristiano.
Música de mariachis interpretando la tradicional “mañanitas” dio un tenor inusual a la atmósfera neoyorquina, que observó interesada y hasta tímidamente participó en la expresión de fe que se escenificó en el templo católico más grande de América del Norte.
La comunidad mexicana rindió tributo a la patrona de su país, con serenata, danzas prehispánicas, ballet folclórico y gritos de ¡Viva la virgen de Guadalupe, viva la virgen morena!
Desde la alta noche del martes la Quinta Avenida de Nueva York floreció con los coloridos vestidos de las damas ataviadas con los textiles mexicanos en procura de ser los primeros al alba en acceder a la Catedral para estar en presencia de la imagen de la Virgen Morena que hoy cumple 487 años de su aparición al indio Juan Diego, en México.
“San Patricio albergó en sus altares una imagen de la Guadalupe que fue obsequiada con rosas rojas en recreación de las que tributó casi cinco siglos atrás Juan Diego en el Tepeyac, pero también había amarillas, anaranjadas, rosadas y blancas.
Poco a poco, los mexicanos así como otros devotos de la Guadalupana, y curiosos, fueron llegando a la iglesia, algunos portando rosas que colocaron en el altar dedicado a la también patrona de América, ubicado al lado del templo principal de la catedral.
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Juan Lucero, un reconocido activista católico que tuvo a su cargo el evento, organizado por la Arquidiócesis de Nueva York y Casa Puebla, dijo que “este es el día del año que muchos esperamos” llegó y lo afirmó emocionado con los compases de las Mañanitas de fondo.
Cada año los mexicanos en EE.UU. celebran esta tradición, que en su país reúne a millones de feligreses en la Basílica de la Guadalupe en el cerro Tepeyac para conmemorar otro aniversario de su aparición a Juan Diego, quien fue canonizado en 2002 por Juan Pablo II.
Los devotos de la morenita, como le llaman muchos de cariño, llegaron anoche desde los cinco condados de la ciudad, pero también desde California, Texas y Arkansas.
También se les unió el obispo Alfonso Miranda, secretario general de la Conferencia Episcopal de México, quien recordó a los feligreses que la Guadalupe “es la madre de todos, no hace distinción, su mensaje fue de unidad”.
Entre los llamativos grupos, de todas las edades, pero en su mayoría jóvenes, estuvo Danza de Tecuanes San Miguel con un baile de origen prehispánico del municipio de Acatlán, en Puebla, de donde son sus integrantes.
Miguel Ángel, coordinador de danza del grupo, explicó que “la danza es sobre las tribus Chichimeca y Zapoteca, que se unían para cazar al jaguar, que les hacía daño”. Los bailarines usan unas grotescas máscaras y algunos pantalón y chaqueta de lentejuelas con la imagen de la Guadalupe.
“Las máscaras son muy toscas y con barba porque se trata de hacer una burla a los españoles, que en su momento nos conquistaron y prohibieron cualquier tipo de rito que no fuera católico, religión que nos querían imponer”, indicó el danzante.
Cada año, los devotos de esta virgen le dan gracias por favores concedidos o le piden favores para sus seres queridos y todo tipo de peticiones.