La diócesis de Haarlem exigió a un sacerdote gay de Ámsterdam, Pierre Valkering, que abandone temporalmente el sacerdocio después de anunciar abiertamente su homosexualidad en la misa del domingo pasado, en la que también celebraba su 25º aniversario de labor pastoral.
Valkering, de 57 años, concluyó la misa del domingo con un discurso sobre lo que llamó “el gran elefante rosa” de la Iglesia Católica y lo hizo vestido con una túnica rosa, algo que no llamó la atención en un principio porque es el color correspondiente al cuarto domingo de Cuaresma.
En un discurso grabado en video, el sacerdote criticó “la cultura silenciosa” de la Iglesia en torno a la homosexualidad y lamentó haber “sufrido mucho por eso”.
Además, describió varias historias sobre su vida como homosexual, entre ellas sus visitas a saunas especiales para personas gays, lo que, según la diócesis de Haarlem, pone en duda que haya respetado el celibato obligatorio y hace necesario que abandone sus deberes como pastor en la iglesia de la Paz de Ámsterdam.
En un comunicado, la diócesis consideró que al haber “indicado inequívocamente en público que no ha cumplido su promesa de celibato” y que se permite libertades sexuales, está dando un ejemplo “incompatible con la Iglesia Católica Romana”.
El pastor también hizo referencia a un estudio reciente del sociólogo francés Frédéric Martel, que confirmaba (en base a entrevistas con sacerdotes) que una gran proporción del clero en el Vaticano es homosexual.
Valkering cree que “más hombres gays que heterosexuales optan por el sacerdocio” porque es una “opción de escape para su homosexualidad y una negación y represión de la propia orientación sexual”.
Según la televisión holandesa NOS, la homosexualidad de Valkering se conocía ya en un pequeño círculo, especialmente después de que en 2016 intentara sin éxito, organizar un “Barco de la Religión Mundial” en el desfile de cruceros del día del Orgullo Gay de Ámsterdam.
Al descubierto no estás desnudo
Valkering publicó una autobiografía, que llega a las librerías esta semana, cuyo título en neerlandés es un juego de palabras: Ontkleed niet naakt staan (algo así como Al descubierto no estás desnudo).
En la tapa aparece él mismo levantado un poco la casulla y muestra unos pantalones deportivos y unas botas. Lleva también el pelo recogido en una coleta. En la solapa del libro explica que de pequeño le gustaban las casas de muñecas, vestirse de San Nicolás y los ritos eclesiásticos.
Cuando dijo que quería ser sacerdote sorprendió a todos. Le ordenaron a los 33 años, “y ahora, 25 años después, es el momento de salir del armario y revelar que es homosexual”. Añade la presentación que “da cuenta de sus relaciones sexuales y su adicción al porno, las saunas y los locales nocturnos”.
Responde a su vez a preguntas sobre “si la homosexualidad es una experiencia pecaminosa”, y “el precio que deberá pagar por decirlo”. Jos Punt, el obispo de Haarlem, aprecia “su sinceridad, pero no puede hacer otra cosa que apartarlo temporalmente”, según ha dicho.