La dislexia matemática, también conocida como discalculia es un trastorno del aprendizaje se caracteriza por la dificultad en la comprensión y el manejo de números y cantidades. A pesar que no es muy hablado, es más común de lo que muchos pueden pensar.
Se confunde frecuentemente con un bajo cociente intelectual, desidia en el estudio, Trastorno por Déficit de Atención (TDA/TDAH) o la propia dislexia. Quienes la sufren lidian con mucho más que posibles problemas en su etapa escolar, no solo en Matemáticas, sino también en asignaturas como Física, Química, Dibujo Técnico u otras que incorporen datos económicos.
Implica dificultades en situaciones tan cotidianas como leer un reloj de agujas o la matrícula de un vehículo, memorizar teléfonos o secuencias numéricas, estimar distancias en el transporte público, controlar las dosis de las medicinas e incluso calcular el cambio cuando se realiza una compra.
Según expertos sido muy poco diagnosticada. Un niño sin diagnosticar puede sentirse torpe constantemente y no va a entender el porqué de sus dificultades para tareas numéricas que otros niños hacen con facilidad.
Generalmente, los niños con discalculia emplean estrategias simples para contar, como los dedos; muestran lentitud a la hora de comparar cantidades; normalmente no automatizan las reglas aritméticas y tienen problemas con fracciones y divisiones simples, explicó la doctora Flavia Santos, neurocientífica, profesora del University College en Dublín y autora de Developmental Dyscalculia.
Puedes leer: El encuentro entre Malala y Greta
Sin embargo, no hay que alarmarse, es decir, presentar dificultades con las matemáticas es algo relativamente frecuente, no implica necesariamente la presencia de este trastorno. Hay otros factores, como el diagnóstico de un especialista que despejan las dudas.