Desde que se inició la pandemia de la Covid-19 el tema de la vacunación ha sido un escenario de debate incansable que en varias ocasiones se ha convertido en una verdadera batalla entre los que sostienen que vacunarse es un fraude y los que indican que la vacuna es el mejor instrumento para evitar el aumento de la mortalidad.
Lo cierto del caso es que de acuerdo a las estadísticas presentadas a nivel mundial, la vacunas para la Covid-19 realmente han ofrecido resultados positivos para la población mundial y todos los países ha mostrado sus reportes epidemiológicos donde fácilmente se puede hacer una comparación e la tasa de mortalidad antes y después de la vacunación y de forma inequívoca se demuestra que las poblaciones con mayor número de vacunados son las que tienen el menor número de fallecimientos.
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Este hecho es necesario decirlo por dos factores fundamentales que son los siguientes:
En primer lugar porque la tasa de mortalidad ha disminuido de manera considerable desde que se inició la vacunación a nivel mundial. Y en segundo lugar porque el ahorro en gastos médicos ha sido sustancial debido a que menos pacientes terminan en las unidades de cuidados intensivos o cuidados intermedios lo cual supone un desbalance en el presupuesto familiar si por casualidad el paciente no dispone de un seguro privado o no lo cubre la salud pública. Y para el caso de los países más pobres donde no hay acceso a la salud privada y la salud pública es ineficaz; la vacuna constituye prácticamente una salvación para los más desposeídos.
Ante estas evidencias definitivamente nosotros tenemos que apostar a que la población cumpla con el esquema de vacunación el cual incluye el refuerzo, que siga con las normas de prevención en sitios cerrados e imaginamos que posiblemente las pautas para esta enfermedad viral sea la aplicación de un refuerzo anual como se hace con la vacuna de la influenza.
Para concluir debemos decir que a través de la historia las vacunas han cumplido un rol muy importante en la población y no hay razones para que ahora sea diferente máxime cuando los que están en contra de ellas no ha mostrado la más mínima prueba con respaldo científico de que las mismas ocasionen daño a la población o que nos pretendan convertir en una especie de robots.
Eso sencillamente son “Cuentos de camino”.
Por: Dr. Carlos G. Cruz H.
Salud y Calidad de Vida
*Columnista en semanarios en New York, New Jersey, Delaware, Pennsylvania, Connecticut, Texas, Florida, Arizona, Carolina del Norte y California y productor del micro “Salud y Calidad de Vida” que se transmite de lunes a viernes en Radio “La Tribuna”, NY y “La Voz Radio”, CT.