Carlos Henrique Casemiro, uno de los centrocampistas más laureados del planeta, no esperó que lo echaran del Real Madrid Club de Fútbol (CF), y se marchó a Old Traford con 18 títulos y cinco Copas de Europa.
Al llegar la primera oferta del Manchester United, el brasileño no lo pensó dos veces. Case, quien militó durante nueve años repletos de títulos en el conjunto español sabía que sus días estaban contados y que el fútbol no tiene memoria ni siquiera con sus ídolos.
Los analistas aseguran que el futbolista que conformó la Santísima Trinidad que aterrorizó a Europa durante casi una década (Casemiro-Kross-Modric), estaba consciente de que no era eterno. Y el pivote de los blancos no estaba equivocado porque el Casemiro del futuro ya había llegado a los camerinos del club más laureado de Europa.

Semanas antes los ojeadores madrilistas dieron el visto bueno al contrato de Aurélien Tchouameni, un joven talento del Mónaco que es capaz de meterle el pecho a las balas. El equipo del principado admitió que no pudo resistir la oferta del Madrid que rondaba los 100 millones de euros.
La prensa especializada francesa sostiene que Tchouameni es una apuesta a futuro. El internacional absoluto con Francia desde 2021, creció en una de las canteras más prolíficas del fútbol francés, la del Girondins de Burdeos. Desde los 11 años comenzó a asombrar y a los 17 firmó su primer contrato profesional.
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Ahora Tchouameni, con 22 años, está llamado a dirigir la sala de máquinas del actual rey de Europa. Los analistas franceses afirman que el chico es un ladrón de balones con guante de seda de la Ligue 1, aunque a veces lo que no consigue por las buenas lo obtiene por las malas.
Otros lo califican como el mayor ladrón de Europa. También es el que más balones recuperó en las dos últimas temporadas en el campeonato francés.

El ladrón de valones
Olocip, el partner tecnológico de Inteligencia Artificial, destaca entre las cualidades de Tchouameni su habilidad para destruir, lanzarse al suelo a interceptar ataques, colocarse y robar balones. La temporada pasada fue el mayor ladrón de las cinco grandes ligas europeas, según el análisis de la compañía pionera en la implementación del Big Data en el deporte.
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Su gran trabajo defensivo en el pivote y su físico le convierten en el Casemiro del futuro para el Real Madrid, aunque desde ya es un ladrón con porvenir.
El uruguayo Gustavo Poyet, actual seleccionador de Grecia, es el entrenador que mejor puede hablar de quién es Tchouameni porque lo tuvo en el Girondins. “Es una máquina de robar balones”, dijo. También comentó que es un box to box que te da mucho en el juego de ida y vuelta. Tiene corpulencia, intensidad y mucho margen de crecimiento.
El centrocampista de contención goza de un físico privilegiado que le permite ocupar cualquier demarcación en la zona ancha. Es alto, pero ligero, fiable, valiente y atrevido. Mide 1,85 y pesa 81 kilos. El especialista brasileño en estadística SofaScore lo designó como el mejor centrocampista de recuperación del mundo. Tchouameni es, por ahora, un desconocido para muchos que dejará de serlo dentro de poco.