A los nacidos en República Dominicana les anima más los Reyes Magos. De allí que no fue difícil para Santa abducir a Raymon Rincón. Lo dejó como un regalo para North Philly. En la Navidad de 1997 visitó por primera vez Filadelfia. Era músico. Tocaba el güiro para Vacandú. Desde ese día la ciudad lo hechizo y ahora se halla en “La Salsa”, el nombre de su barbería.
El relato de la llegada de Rincón es la de un amor a primera vista. El es músico, y sus compañeros de banda tenían un concierto en Estados Unidos. Rincón, que toca el güiro, un instrumento de percusión. Viajaba con Willian Segura, el Vacandú, “un grupo de bachata precioso”, dijo Rincón. Era motivo suficiente para hacer el viaje. Conoció en la gira a Filadelfia y ya no se la pudo sacar de la mente.
Puedes leer: Kersy Azócar: “Trabajar con pequeños negocios es siempre un gran reto”
El dominicano es un personaje carismático. Se reveló ante los ojos de Emma Restrepo y Jane M. Von Bergen. Ambos son periodistas que tienen una misión envidiable. Arman un glosario de narraciones. Ellas están en “Los 47: Historias a lo largo de la ruta de autobús”. Es un proyecto de PlanPhilly de WYHH.
Raymon Rincón y sus secretos
La barbería La Salsa no es difícil de encontrar. Un letrero naranja brillante y un ambiente cálido la delatan. Se dice que los conductores del autobús 47 de SEPTA se fijan en la peluquería de Rincón cuando pasan por delante.
El secreto de Raymon Rincón para tener un negocio tan exitoso es simple. “El ambiente de una barbería, hay que ser un poco… como digo yo… un poco cariñoso”, dijo. Los clientes pueden ser exigentes. “Hay que tener paciencia para saber lidiar con ellos. A la gente que viene así, la tratas con cariño, la tratas con amor”.
La clientela de la tienda es un reflejo del barrio. Hay mucha afluencia de compatriotas, como Rincón. También es preferida por otros afros y latinos de Filadelfia.
El negocio de la barbería empezó a ir bastante bien. Sobre todo después de que Rincón fuera despedido de su trabajo como paisajista. “Entonces le dije a un amigo: “¡Dame esa silla!” y él me dijo: “¡Tómala!”. Rincón compró un negocio y empezó a cortar el pelo.
El alma de un empresario
Los dominicanos constituyen un gran porcentaje de los casi 12.000 empresarios latinos de la ciudad. El dato es de Jennifer Rodríguez, presidenta y directora general de la Cámara de Comercio Hispana de Filadelfia.
“El dominicano viene con ganas de progresar”, dijo Raymon Rincón. “Las barberías son dominicanas, los salones de belleza para mujeres, las bodegas. También los negocios para enviar cosas y mandar dinero. Casi todos son dominicanos”.
Puedes leer: Puerto Rico es analizado desde New Jersey por Bob Menéndez
El hombre además es un gurú de los negocios. No son malos sus consejos. “Saber trabajar significa llegar temprano, limpiar. Hay que tener una buena cara para el cliente cuando entra. Hay que hacer el trabajo que el cliente quiere y que el cliente se vaya contento. Eso permite que el cliente vuelva mañana”.
“Por supuesto, mi vida empezó desde que me quedé en este país. Hoy estoy bien. Soy feliz. Se está bien en este país. Tengo a mi mujer. Tengo a mis hijos.
Lo tengo todo. ¿Qué más se puede pedir?”