El simbólico Puente de Brooklyn de la ciudad de Nueva York celebrara sus 140 años con la reapertura de un espacio público que tenía diez años en desuso, según anunció el alcalde de la ciudad, Eric Adams, quien refirió que ese será su regalo para conmemorar la apertura de esta infraestructura que unió a Brooklyn y Manhattan.
De acuerdo con lo anunciado por Adams, dicho espacio público contará con áreas para deportes, juegos y bancas y será inaugurado el próximo 24 de mayo que es la fecha en la que se inauguró el puente sobre el río del Este que es considerado una de las mayores logros de la ingeniería en el siglo XIX.
El alcalde neoyorquino afirmó que esta reapertura significa un “un momento histórico para nuestras comunidades, nuestros espacios públicos y la recuperación de nuestra ciudad”.
“Este tipo de espacios públicos son un componente crítico de la estrategia de nuestra administración para una recuperación económica equitativa, inclusiva y próspera”, añadió sobre la inversión de 375 millones de dólares en espacios públicos en los cinco condados de la ciudad.
El regidor indicó que las obras próximas a reinaugurar forman parte de las recomendaciones hechas por un grupo que convocó junto con la gobernadora Kathy Hochul, que propuso mejoras en el ámbito público en toda la ciudad, incluidos la parte de abajo y los alrededores del Puente de Brooklyn.
“Con el trabajo de rehabilitación completado antes de lo previsto, estamos increíblemente emocionados de reabrir este espacio histórico para los neoyorquinos, justo a tiempo para celebrar el aniversario del puente y este hermoso clima primaveral”, dijo por su parte Ydanis Rodríguez, el comisionado del Departamento de Transporte (DOT) que tiene a cargo el mantenimiento y realiza obras en el puente construido entre 1870 y 1883.
La rehabilitación del puente de Brooklyn ha incluido, por primera vez desde su construcción, una limpieza extensa y meticulosa de las piedras de granito que las llevó de un color marrón (resultado de más de un siglo de polvo, hollín y contaminación) a su gris brillante original del siglo XIX.
Mientras se limpiaba el granito, expertos albañiles reemplazaron la argamasa entre las piedras individuales, un proceso para el que se utilizó cemento procedente de las mismas canteras del norte del estado de Nueva York que usaron los miembros de la familia Roebling, diseñadores del puente, para su construcción.
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En la actualidad los albañiles están completando de forma manual la recreación de los diseños originales del arco de ladrillo rojo y se espera que el proyecto finalice a finales de este año, según se informa en un comunicado de la alcaldía.
Para la fecha en la que fue inaugurado, en 1883, el puente de Brooklyn era el puente colgante más grande del mundo (con 1.825 metros de largo y 25 metros de ancho) y fue el primero suspendido mediante cables de acero.
El primer día lo cruzaron más de 1.800 vehículos y 150.000 personas. En su construcción se invirtieron 15,1 millones de dólares y murieron 27 trabajadores.