A principios de este año, el regulador de medicamentos de Australia, tradicionalmente conservador, aprobó el uso de psicodélicos para ayudar en las sesiones de terapia.
De esta manera, la psilocibina, un ingrediente que se encuentra en los hongos mágicos o alucinógenos, se podrá usar para tratar la depresión resistente al tratamiento.
En Canadá y en Estados Unidos está permitido el uso médico del éxtasis y la psilocibina, pero solamente en ensayos clínicos o en casos específicos.
Pero en febrero, Australia reclasificó los compuestos de los psicodélicos, después de que la Agencia de Productos Terapéuticos afirmara que los ensayos habían revelado que estas sustancias son «relativamente seguras» cuando se utilizan en un «entorno médico controlado».
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Al principio, el acceso a los medicamentos psicodélicos será limitado y costoso, pero este es un momento histórico para el país y el mundo.
Otros países han explorado los psicodélicos para uso compasivo, es decir, cuando la vida de un paciente o su calidad de vida están en peligro. Se pueden encontrar casos en Suiza, Canadá e Israel, donde los reguladores han tomado decisiones similares, aunque no a nivel nacional como en Australia. Las clínicas psicodélicas también operan legalmente en países como Jamaica y Costa Rica.
Por su parte, Mike Musker, un investigador experto en salud mental y prevención del suicidio de la Universidad South Australia, dijo en una entrevista a la AFP que la MDMA (éxtasis) puede tratar el estrés postraumático y que la psilocibina puede aliviar la depresión.