La Corte Suprema de Estados Unidos autorizó al presidente Joe Biden a poner fin al programa “Quédate en México”, puesto en marcha por Donald Trump. Con esta medida las autoridades estadounidenses podían enviar de vuelta a solicitantes de asilo para que esperasen la resolución de sus casos en territorio mexicano.
Con una pequeña mayoría de cinco contra cuatro, este jueves 30 de junio los jueces dictaminaron que terminar con esta política no viola la ley de inmigración.
El Gobierno estadounidense pedía a la Corte revisar el fallo judicial emitido el pasado diciembre por un tribunal de apelaciones que le ordenaba mantener los Protocolos de Protección al Migrante (conocidos como “Quédate en México” o MPP) introducidos por el republicano Donald Trump en 2019, refiere una reseña de la AFP.
John Roberts, presidente de la Corte Suprema junto con el conservador Brett Kavanaugh y los tres jueces liberales, dictaminaron que la ley federal de inmigración otorga discrecionalidad al poder ejecutivo, es decir que puede expulsar a solicitantes de asilo o no.
El juez Roberts argumentó que la normativa establece que “en el caso de que un extranjero” llegue desde un territorio contiguo a Estados Unidos se le “puede devolver” mientras espera que se resuelva su procedimiento migratorio.
Esto “confiere claramente una autoridad discrecional”, señala, insistiendo en que la corte “ha observado en reiteradas ocasiones” que “la palabra ‘puede’ claramente connota discrecionalidad”.
Biden suspendió el plan migratorio “Quédate en México” en cuanto llegó a la Casa Blanca, pero un juez de un tribunal del estado de Texas ordenó que se restableciera “de buena fe”.
El 6 de diciembre de 2021, Estados Unidos reactivó parcialmente el programa tras haberlo consultado con México, para cumplir con esa orden, mientras seguía adelante con un recurso interpuesto ante el tribunal de apelación que dio la razón a la corte de distrito.
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La Casa Blanca considera que el programa “Quédate en México” es “ineficaz e inhumano”.
Sus detractores, entre ellos las asociaciones de defensa de los migrantes, estiman que “Quédate en México” expone a los solicitantes de asilo a situaciones peligrosas en la frontera y a condiciones precarias.
El flujo de migrantes por México, en su mayoría centroamericanos, ha aumentado bajo la presidencia de Biden debido a sus promesas de una política migratoria “justa y humana”.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en mayo se batió un nuevo récord en el número de encuentros con migrantes irregulares en la frontera sur de Estados Unidos con 239.416, es decir cada vez que uno de ellos llega y se entrega a una autoridad o cuando trata de cruzar y es detenido.
Desde la implementación de la citada política en enero de 2019 hasta su suspensión bajo la Administración Biden, casi 70.000 personas fueron enviadas de vuelta a México, según el American Immigration Council.
Durante el mandato de Biden, cada mes más de 200.000 personas que intentaron entrar en el país fueron enviadas de vuelta, invocando el MPP o una norma de salud pública (Título 42) aplicada desde la pandemia que bloquea a las personas en la frontera.
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Los cruces fronterizos de migrantes irregulares son peligrosos, tanto por las condiciones inhóspitas de la región como por la presencia de traficantes de personas.
Esta semana al menos 53 personas murieron al viajar hacinadas en un tráiler sin ventilación en San Antonio, Texas.
Los republicanos criticaron el fallo judicial del Supremo. “Solo envalentonará las políticas de fronteras abiertas de la administración Biden” que debería “restablecer y hacer cumplir completamente” Quédate en México “para garantizar la seguridad en la frontera porque es lo único humano que se puede hacer”, consideró el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) por su lado elogió el fallo de la Corte. “Está en lo correcto al rechazar el argumento espurio de que esta política cruel es obligatoria por ley”, opinó Judy Rabinovitz, del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de ACLU.