Son dos nombres de peso en el marco referencial del periodismo en el mundo. Ellos fueron los ganadores del icónico premio. Sin embargo parece tener sentido expresar primero que el Premio Nobel de la Paz recayó en la prensa independiente. Luego si revelar a sus protagonistas: Maria Ressa de Filipinas y Dimitri Muratov de Rusia.
Además con el premio es necesario colocar rápidamente un dato. Es un asunto de memoria muscular ya que estamos entre periodistas. El tema es que la asiática Ressa es la primera mujer galardonada en la edición de este año de los Nobel. El apunte de carácter editorial es bueno que se lea –y no entre líneas- en Oslo.
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Según la AFP la justificación por el logro tiene en la libertad de expresión su firma. Berit Reiss-Andersen, presidenta del comité Nobel, ofreció declaraciones en Oslo. Apuntó que el premio reconoce a dos periodistas “por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión. Esta “es una condición previa para la democracia y la paz duradera”, dijo.
Acerca de este premio Nobel de la Paz
Un entusiasmado Pierre-Henry Deshayes tuvo la alegría de escribir la nota para la prensa francesa. Recalcó que es primera vez que el comité noruego reconoce el papel de la prensa independiente. La historia de la filipina parafrasea una narración de la búsqueda de la libertad.
Maria Ressa, de 58 años, nacida en manila pasó su infancia en Ciudad Quezón hasta los 10 años. En plena infancia tuvo que emigrar con su familia a los Estados Unidos. Tras establecerse en Nueva Jersey completó allí la educación secundaria. Estudió en la Universidad de Princeton. Luego obtuvo una beca Fulbright para cursar un máster de periodismo en la Universidad de Filipinas.
Es una experiodista de CNN y cofundadora de la página de información online Rappler. La hoy Premio Nobel de la Paz ha sido objeto en los últimos años de varias investigaciones. Ha estado en el centro de procesos judiciales y ha sufrido un intenso ciberacoso. Rappler ha publicado artículos críticos contra el jefe de Estado, Rodrigo Duterte, incluyendo su sangrienta y polémica lucha contra el narcotráfico.
“Nada es posible sin hechos”, dijo Ressa, tras recibir la noticia del Nobel. Insistió en que “es el mejor momento para ser periodista”. “Los momentos más peligrosos son también los momentos en los que es más importante” el trabajo de periodista”. Así lo explicó en una entrevista online retransmitida por Rappler.
Ressa también tiene nacionalidad estadounidense. Fue galardonada en abril con el Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano 2021. El galardón fue creado en memoria del periodista colombiano Guillermo Cano asesinado en 1986.
En torno a la historia del ruso
Dimitri Muratov, de 59 años, nació en Kuybyshev de la antigua Unión Soviética. Ahora la ciudad lleva el nombre de Samara. Estudió en la Facultad de Filología de la Universidad Estatal de Kuybyshev durante cinco años. Allí descubrió su interés por el periodismo. En 1987, Muratov comenzó a trabajar como corresponsal del periódico Volzhsky Komsomolets . Sus superiores quedaron impresionados. Al final de su primer año fue nombrado Director del Departamento Juvenil de Komsomolskaya Pravda. Más tarde fue ascendido a editor de artículos de noticias.
El ahora Premio Nobel de la Paz es uno de los fundadores y jefe de redacción del periódico independiente ruso Novaya Gazeta. “Ha defendido desde hace décadas la libertad de expresión en Rusia en condiciones cada vez más difíciles”, subrayó el jurado del Nobel.
Novaya Gazeta ha sacado a la luz tema difíciles. “La corrupción, la violencia policial, los arrestos ilegales, el fraude electoral y las ‘granjas de trolls'”. Así señaló el comité noruego. Se trata de temas por los que ha pagado un alto precio. Es un asunto trágico. Seis de sus periodistas fueron asesinados, entre ellos Anna Politkovskaya, muerta hace 15 años.
Muratov les dedicó el premio. “No puedo atribuirme el mérito. Es de Novaya Gazeta. Es de los que murieron defendiendo el derecho de la gente a la libertad de expresión”, dijo. Tras el anuncio, el Kremlin saludó la “valentía” y el “talento” del reportero.
Novaya Gazeta fue creado en 1993 con la ayuda de Mijaíl Gorbachov. Él destinó una parte del dinero que obtuvo al ganar el Nobel de la Paz tres años antes. “Felicito a un hombre maravilloso, valiente y honesto. A un periodista, a mi amigo Dimitri Muratov”, aseguró el expresidente soviético tras el anuncio del premio.
Un premio para la resistencia
Berit Reiss-Andersen, presidenta del comité Nobel, aseguró que el premio no es solo un mensaje a Rusia y Filipinas. “Por supuesto que condenamos la situación en estos dos países especialmente. Sin embargo quiero subrayar que condenamos también la situación en todos los países donde la actividad de los periodistas está limitada. Donde la libertad de expresión está bajo presión”.
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En 120 años de historia, el Premio Nobel de la Paz nunca había reconocido la labor de una prensa independiente. Una que fuerza a las autoridades a rendir cuentas y contribuye a luchar contra la desinformación.