Un ciclón de especulaciones comenzó el 5 de agosto, fecha en que se oficializó la salida del jugador argentino Lionel Messi del FC Barcelona.
Cinco días más tarde, el brillante delantero anunciaba que se marchaba al equipo francés Paris Saint-Germain (PSG). Mientras los fanáticos culés lloraban su partida, en el estadio Parque de los Príncipes en la capital francesa, cuartel general del PSG, lo ovacionaban.
Para no quedarse atrás la gerencia del Barcelona acordó hacer un break en el minuto 10 de la primera jornada de la liga en la era post Messi. Pensaban que los hinchas aplaudirían a su estrella hasta el cansancio, pero también se escucharon pitos de reprobación.
Un sector de la fanaticada piensa que Messi es corresponsable de la debacle económica y de la bancarrota del equipo. El club donde militó durante 17 temporadas no podía pagarle el sueldo que aspiraba, ni siquiera rebajándose el 50% de su salario.
En palabras del presidente del Barcelona, Joan Laporta, la entidad no podía garantizar el sueldo anual del jugador debido a la precaria situación financiera del club. Adeudan 1.400 millones de euros.
“Lamentablemente hemos recibido una herencia nefasta y no teníamos margen salarial. Los números son mucho peores de lo que nos habían dicho. Las pérdidas y la deuda son elevadas. La gestión calamitosa de la junta anterior excedió el límite salarial. No hemos podido inscribir el primer contrato que habíamos pactado con Leo Messi”, acotó Laporta.
Luego el mandamás del equipo catalán admitió que con el tiempo languideció ese amor entre el ganador de seis balones de oro y el equipo. “La relación se fue deteriorando”, dijo.
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Lo cierto es que algunos hinchas consideran que ese idilio entre el callado jugador y el Barcelona estaba cimentado por el dinero.
El pasado mes de enero el diario español El Mundo divulgó en exclusiva el faraónico contrato de Messi, considerado como el más alto en la historia del deporte universal. Ninguna estrella en el mundo habría soñado ganar tanto como Leo.
Según el citado medio, el jugador de 34 años firmó en noviembre de 2017 un documento que le otorgaba 138 millones de euros por temporada. Es decir, el club se comprometió a pagarle 555.237.619 millones de euros por cuatro temporadas.
De acuerdo con la investigación periodística, el jugador argentino le hizo un roto al club blaugrana difícil de reparar. Todo un torpedo en la línea de flotación del equipo. El “10” del Barça además de salario fijo cobraba por derechos de imagen, una serie de primas multimillonarias inéditas hasta la fecha, dietas y un rosario de variables que dependían de diversos objetivos.
Messi cobraba 380.299 euros brutos al día mientras el club se desangraba. Tras la divulgación del oneroso acuerdo contractual de 30 páginas, los abogados del delantero emprendieron una querella contra el diario El Mundo. La demanda refiere que se hizo público un documento que se rige por el principio de la confidencialidad y corresponde al ámbito privado.
Messi lloró cuando le tocó despedirse del Barcelona y horas después en París no podía contener su sonrisa.