Fuerzas telúricas con epicentro en la Casa Blanca han irradiado en importante magnitud su determinación de que el sistema escolar estadounidense este en servicio pleno para el año lectivo 2020-21 que comienza este otoño.
Desde el Distrito Escolar de Filadelfia existe una gran voluntad para reabrir las escuelas y el sector privado de la enseñanza acompaña en este proyecto también de manera férrea. Sin embargo dar ese paso tiene una inversión del que la Casa Blanca no ha hablado y que necesita de un presupuesto de auxilio del Gobierno Federal así como los hizo con la Act CARES.
Estos recursos no solamente deben estar dirigidos a cubrir todas las líneas maestras que deben seguirse para un regreso a clases seguros, sino que debe contemplar lo necesario para atender al “trauma nacional”. La pandemia es un tema epidemiológico, de seguridad bilógica, pero para los niños y la comunidad escolar en general también es un duro golpe psíquico. De allí la necesidad de antes de arrancar las clases realizar sesiones de “catarsis sanadoras” que ayuden a todos a vivir el eufemismo del “nuevo normal”.
Puedes leer: CHOP está en la cima del Índice de Igualdad de Discapacidades
Alrededor de estos temas se centró el diálogo entre la doctora Débora Carrera, asistente a la Superintendencia del Distrito Escolar de Filadelfia y Dario Bellot una voz autorizada dentro del ámbito de las escuelas privadas de la primeras metrópolis de Pensilvania, quienes se juntaron con la periodista Catalina Pérez en un Facebook Live de El Sol Latino (al que se puede ingresar haciendo clic AQUÍ) para informar sobre la vuelta a clases de 2020.
Procesando la información
Hasta el más mínimo de los segundos del Facebook Live en el que participaron Débora Carrera y Dario Bellot carece de desperdicio.
Dos cosas son necesarias resaltar. Ambas contrastan. Desde Filadelfia se observa que el Gobierno Federal llama al regreso a clases, pero no ofrece un proyecto y desde la Ciudad ya existe en los ámbitos públicos y privados un denodado plan de acción con múltiples escenarios que permitirá el retorno a clases de la manera más segura.
Los especialistas administrativos del tema educativo, dijeron en la transmisión que el trabajo constante de sus instancias es ofrecerles a los padres, alumnos y comunidad escolar en general alternativas para manejarse frente a la decisión de enviar a los chicos a la escuela.
Débora Carrera apuntó que el Distrito Escolar ha cuidado todos los ángulos de manera minuciosa, e incluso tiene como meta inicial atender la salud mental de los escolares.
“’La nueva normalidad’ implica reconocer que la nación vive un trauma y que la ciudad está bajo esa presión social”, indicó Carrera.
La escuela es un espacio social
El próximo otoño la geografía de la escuela tendrá un cambio. Desde semanas atrás Dario Bellot nos habló de un sistema híbrido. El número de días de clases, los horarios y las alternativas van a depender del nivel de estudio que cursen sus hijos. Además hay variantes en el caso de estudios especiales.
Puedes leer: Wolf anuncia nuevas restricciones para algunos negocios en Pensilvania
La escuela es un espacio social. Allí la alimentación es columna vertebral para la economía de muchos hogares. Es zona de transición para adquirir destrezas idiomáticas para los inmigrantes y ágora para quienes tienen que hallar sus talentos detrás del autismo o déficit de atención.
La promesa es hacer que el distanciamiento social se cumpla. Al igual la práctica de lavarse las manos, limpiar obstinadamente los recintos, que cada cual porte una máscara o escudo de acuerdo a sus necesidades. Pata más detalles visite https://www.philasd.org/.