Con el propósito de trabajar en conjunto en el procesamiento de solicitudes de migrantes, un grupo de funcionarios de Estados Unidos viajará a Panamá, confirmaron fuentes de la Administración de Joe Biden.
Concretamente, el Gobierno estadounidense lanzará un programa piloto de seis meses para ayudar al país centroamericano a revisar las solicitudes de los migrantes que lleguen a Panamá y a deportar a quienes no cumplan con los requisitos para quedarse.
De acuerdo con informaciones aportadas a agencias de noticias internacionales por un portavoz del Departamento de Estado, los deportados serán las personas que no “tengan necesidad de protección internacional u otros requisitos legales” para permanecer en Panamá.
Durante el 2023, el Servicio Nacional de Migración ha hecho efectivas 578 medidas de aplicación de la ley, de las cuales, 230 se han realizado desde el inicio de la #CampañaEscudo, #OperaciónChocó, con el apoyo de @senanpanama. pic.twitter.com/qmwRDyDn5m
— Migración Panamá (@migracionpanama) November 12, 2023
El equipo de funcionarios estadounidenses estará constituido por personal del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y del Departamento de Estado.
Además, las autoridades estadounidenses ayudarán al Gobierno de Panamá a conseguir financiación para reforzar sus operaciones de deportación, reseñó la cadena de televisión CBS.
La televiso informó que aún no hay fecha para el inicio de la visita y está pendiente la firma de un acuerdo entre Washington y Panamá que es uno de los principales países de tránsito en la ruta migratoria hacia Estados Unidos.
La iniciativa forma parte de las tentativas del Gobierno de Biden de frenar el flujo en la frontera con México, que alcanzó cifras de récord este año con más de dos millones de detenciones por parte de la Patrulla Fronteriza.
Hace poco más de una semana Estados Unidos extendió una licencia en las sanciones a Venezuela que permite los vuelos de repatriación de la aerolínea venezolana Conviasa desde países de la región hacia Caracas.
En lo que va del presente año más de 400.000 personas entraron en Panamá a través de la selva del Darién, frontera natural con Colombia, lo que pone de manifiesto el alcance de la crisis migratoria en la región.
De acuerdo con un informe de la organización Human Rights Watch, las restricciones de movimiento impuestas por los gobiernos de América, promovidas por Estados Unidos han forzado a miles de personas a tomar rutas más peligrosas, incluida la travesía por el Darién.
La mayoría de las personas que cruzan de Colombia a Panamá son de Venezuela, el país con la mayor crisis humanitaria del continente, con más de siete millones de personas que han dejado el país en los últimos años, según datos de gobiernos y de agencias de la Organización de las Naciones Unidas.
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Como respuesta, más de 20 países del continente, incluidos Estados Unidos, México y Panamá, han impuesto visados a los venezolanos, provocando un aumento de las rutas irregulares por tierra hacia territorio estadounidense.
El Gobierno estadounidense también ha tomado medidas dirigidas específicamente a restringir la migración venezolana a través de la frontera, más recientemente reanudando los vuelos de deportación a Caracas.