Un dispositivo de electroestimulación inalámbrico implantado directamente en la médula espinal de pacientes parapléjicos, ha logrado imitar las señales que el cerebro enviaría para producir la acción de caminar.
La aparente sencillez de esta intervención que funcionó en el 100% de los participantes para la prueba clínica, es el producto de años de investigación y la conclusión de un esfuerzo sostenido por un equipo científico adscrito a la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza.
Stimulation Movement Overground (STIMO) es el nombre que lleva el estudio que con premura desea publicar la revista de ciencias Nature y de la que ansía hacer edición especial el próximo número de Nature Neuroscience Magazine.
En una reciente declaración pública la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), transmitió al mundo que gracias a una estimulación eléctrica precisa de la médula espinal a través de un implante inalámbrico, “tres pacientes con paraplejia crónica caminaron de nuevo y, con suficiente entrenamiento, pueden hacerlo incluso sin estimulación”.
El logro ha roto con la desesperanza que la paraplejia atribuida a lesiones daba con la diagnosis. El carácter irreversible de la pérdida de las funciones motoras ha sido desbancado y con una alegría extraordinaria el mundo científico ha recibido la notificación de este éxito.
De acuerdo al informe de los especialistas suizos, los tres parapléjicos involucrados en la experimentación sufrieron lesiones en la médula cervical hace muchos años y ahora pueden caminar con la ayuda de muletas o de una andadera, gracias a una combinación de estimulación eléctrica dirigida de la médula lumbar y de terapia asistida con peso.
En un trabajo combinado que requirió de los esfuerzos y habilidades de gente notable de la EPFL, la Universidad de Lausana y el Hospital de la Universidad de Lausana, se implantó una serie de electrodos en la médula espinal de los pacientes, lo que permitió tocar grupos musculares individuales de las piernas.
Una holística comprensión en la reactivación del fluido eléctrico que imita al que por naturaleza disponemos, permitió a los científicos realizar una serie de configuraciones seleccionadas con el uso de electrodos que activaron regiones específicas de la médula espinal imitando las señales que el cerebro enviaría para producir la acción de caminar.
Otra variable a tomar en cuenta es la determinación humana. Los pacientes, entusiasmados por la evidencia que daban posible el éxito en la investigación, se esforzaron para aprender a coordinar la intención de su cerebro de caminar con la estimulación eléctrica dirigida, “pero no requirieron mucho tiempo”.
“Los tres participantes en el estudio pudieron caminar con un soporte de peso corporal después de una semana de calibración, indicaron los investigadores, y el control voluntario de los músculos mejoró enormemente en el lapso de cinco meses de entrenamiento”, señaló la publicación.
El equipo de científicos suizos asegura que los nuevos protocolos de rehabilitación “condujeron a una función neurológica mejorada que permitió a los participantes practicar activamente la caminata natural en superficies durante periodos prolongados, en contraste con el entrenamiento pasivo del escalonamiento asistido por exoesqueleto”.
De acuerdo con los expertos, el estudio alcanzó un nivel de precisión sin precedentes en la estimulación eléctrica de la médula espinal.
Una “neurotecnología a la medida” es la vía en que los investigadores se plantearon desarrollar sus hallazgos convencidos de que la particularidad humana y las variables por lesiones son diversas. La consideración de que es un asunto individual es la puerta para convertir el paradigma de la rehabilitación en un tratamiento disponible en hospitales y clínicas de todas partes.
Gustavo Rízquez.