Luego de tres días de discusiones y largas sesiones de trabajo, concluyó la inédita cumbre organizada por el Vaticano para abordar la grave crisis moral en la Iglesia por los numerosos casos de abuso sexual. El encuentro, que llevó el nombre de “La protección de los menores en la Iglesia”, finalizó con el compromiso del papa Francisco de tomar “todas las medidas posibles” para que los delitos de pederastia “no se repitan” en la Iglesia.
En el último día del evento Francisco llamó “herramientas de Satanás” a los sacerdotes y otros católicos que abusan de niños, pero no ofreció pasos concretos para abordar la grave crisis moral en Iglesia por los numerosos casos de abuso.
“La brutalidad de este fenómeno mundial se vuelve aún más grave y escandalosa en la Iglesia, ya que es totalmente incompatible con su autoridad moral y credibilidad ética”, dijo el Papa en un discurso de clausura pronunciado al final de la misa en la Sala Regia en el Palacio Apostólico.
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“Las personas consagradas, escogidas por Dios para guiar a las almas a la salvación, se dejan dominar por su fragilidad o enfermedad humana y, por lo tanto, se convierten en herramientas de Satanás”, dijo del sumo pontífice en su alocución para finalizar la cumbre que reunió a 190 líderes católicos, incluidos 114 obispos de todo el mundo, para abordar un escándalo de abusos sexuales cometido por varios clérigos en diferentes continentes.
En sus seis años de pontificado, los abusos infantiles se han convertido en el mayor desafío para el Papa Francisco. “Quisiera reafirmar con claridad: si en la Iglesia se descubre incluso un solo caso de abuso, que representa ya en sí mismo una monstruosidad, ese caso será afrontado con la máxima seriedad”, dijo el Pontífice, ratificando su compromiso.
La cumbre, que arrancó el jueves 21 de febrero, contó con la promesa del Papa de restaurar la imagen de la iglesia. “Vamos a tomar todas las medidas posibles para que tales crímenes no se repitan. Que la Iglesia vuelva ser creíble y confiable”, expuso.
Con la publicación de un vademécum con preguntas y respuestas para ayudar a los obispos a comprender sus deberes, el Pontífice pretende combatir tanto los casos de abusos, como los encubrimientos. Otra de las iniciativas que prometió Francisco consiste en un “Motu proprio”, un documento para “reforzar la prevención y la lucha contra los abusos en la Curia romana y en el Estado Vaticano”.
Entre las medidas para erradicar los abusos, el Papa nombró en su discurso final ocho puntos para frenar las denuncias de acoso contra los que denominó “lobos voraces”. Protección contra los menores, seriedad impecable, una verdadera purificación, exigencia en la formación de los religiosos, el reforzamiento de las directrices de las Conferencias Episcopales, el acompañamiento a personas abusadas, atención al mundo digital y el combate al turismo sexual.
Los obispos discutieron otras medidas, incluida una propuesta para responsabilizar a los obispos y levantar el secreto pontificio que a menudo mantiene a las víctimas de abusos en la oscuridad sobre cómo se procesan los juicios de la Iglesia. Pero parece que no votaron ni adoptaron de inmediato ninguna medida nueva.
Docenas de sobrevivientes de abuso sexual perpetrado por miembros del clero católico también estuvieron en Roma durante los días que duró la cumbre para protestar y ofrecer testimonios sobre sus experiencias.
Parte importante de las víctimas, que esperaban una “tolerancia cero”, no escondieron su decepción ante los resultados de la cumbre. “No ha hablado de entregar a la justicia a los responsables”, dijo a EFE el portavoz de la Organización Global de Víctimas Miguel Hurtado.